Más de 200 mil personas no reciben la Asignación Universal
El Gobierno les quitó la Asignación Universal por Hijo (AUH) a 231.542 personas en el primer trimestre. En enero los beneficiarios eran 3.980.755 y en marzo esa cifra se redujo a 3.749.213. Las bajas están relacionadas con incumplimientos en la presentación de la documentación necesaria para conservar el beneficio.
Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), elaborado por Julia Strada y Hernán Letcher, que analiza la evolución de la AUH, advierte en base a un relevamiento realizado en varios distritos del conurbano bonaerense que en los últimos dos años dejaron el secundario aproximadamente el 20 por ciento de los alumnos por diversas razones entre las que sobresalen la pérdida de poder adquisitivo de los hogares y la necesidad de conseguir un trabajo para compensar esa situación. Si bien el relevamiento no tiene rigor estadístico ayuda a comprender por qué muchas familias dejaron de cumplir con requerimientos necesarios para conservar la AUH.
Desde la Anses se limitaron a aclarar que “no se modificaron los controles que se realizan de manera rutinaria para evaluar el cumplimiento de los requisitos de presentación de documentación que avale que el niño fue al colegio y cumplió con controles de salud tal como establece la norma de creación de la AUH”.
El informe de CEPA también da cuenta de una pérdida neta de poder adquisitivo de este beneficio que se redujo en 6 puntos porcentuales respecto de diciembre de 2015.
En diciembre de 2015 la cantidad de beneficiarios de la AUH eran 3.777.124 personas. Luego el número fue subiendo en línea a como lo venía haciendo durante el kirchnerismo a 3980.755 en enero de este año.
Sin embargo, en los meses siguientes comenzó a caer y en marzo tocó un piso de 3.749.213 personas, 27.911 beneficiarios menos que en diciembre de 2015 pese a que desde entonces la desocupación y la pobreza crecieron.
“Esta decisión no resulta aislada. Se enmarca en la política estatal de reducción del gasto social, como la suspensión de medicamentos para jubilados, el retiro de las pensiones para personas con discapacidad, madres de siete hijos o por viudez, o las masivas suspensiones del Plan Progresar”, remarcan Strada y Letcher.
Otro aspecto es el monto percibido. No sólo se trata de la pérdida absoluta de los ingresos vía suspensión o baja de la AUH, sino que desde diciembre de 2015 en adelante se produjo una fuerte reducción del poder adquisitivo del valor de la asignación. Si se toma en cuenta el período de diciembre de 2014 a noviembre de 2015, el promedio de poder adquisitivo fue de 98,16 (base 100), mientras que el promedio hasta 2017 fue de 91,79 puntos, cerca de 6 puntos porcentuales menos.
En la Anses tienen otros cálculos, y estimaron que el promedio del valor real de la AUH en 2015 fue de 103,4 (base 100), 100,8 en 2016 y 102,6 en los primeros seis meses de 2017, lo que lo ubica por debajo del 2015 pero con una leve mejora contra el año pasado.
El estudio también analiza la evolución de las asignaciones familiares para monotributistas. A comienzos del año pasado el presidente Mauricio Macri anunció la incorporación de hijos de trabajadores monotributistas al régimen de Asignaciones Familiares.
Según lo sostuvo entonces, se trataba de una inversión social de 4400 millones de pesos financiada a partir de aportes del monotributo e ingresos generales provenientes del ANSES y del Tesoro.
El resultado implicaba 514.000 niños y niñas que comenzarían a recibir la asignación mensual. Sin embargo, las cifras oficiales evidenciaron una realidad diferente. En marzo de 2016 comenzaron cobrando ese beneficio 203.090 niños, apenas el 39 por ciento del total anunciado.
Desde entonces, el universo de beneficiarios comenzó a crecer, a medida que se incorporaban más monotributistas, hasta llegar a 318.163 personas en marzo de este año, quedando significativamente por debajo del total prometido.
Los programas sociales no sólo constituyen derechos del conjunto de los niños/as y adolescentes menores de 18 años, sino que tienen un relevante efecto económico, que impacta positivamente en la expansión de la demanda agregada, a través de mayor consumo, y deriva en mayores niveles de crecimiento económico. Por lo tanto, un recorte como el implementado por el gobierno profundiza la crisis económica.