Duro poco la felicidad, a horas de que el Gobierno nacional anunciara subas de los haberes jubilatorios de 13.32 por ciento, enmarcados en la Ley de Movilidad sancionada por impulso de Cristina Kirchner y la oposición de quienes hoy gobiernan, un estudio del CEPA revela que existe una alarmante pérdida de poder adquisitivo en los sectores más vulnerables.
Ayer, el Gobierno anunció que la jubilación mínima -que es la que recibe la mitad de los beneficiarios- será de 7246,64 pesos, mientras que la pensión universal por adulto mayor se ubicará en 5797 pesos y la máxima en 53,090. En tanto, la Asignación Universal Por Hijo llegará a 1.412 pesos. Con solo comparar esos guarismos con los montos que se están viendo en algunas facturas de servicios básicos como luz o gas, queda clara la necesidad de actualizaciones mayores.
La noticia que en principio fue buena, no duro mucho tiempo. Es que según el CEPA, el promedio del poder adquisitivo de la jubilación mínima en el período 03/2013 a 11/2015 alcanzó 93,39% (respecto de 03/2013=100), mientras que el promedio del período posterior, entre 12/2015 y 02/2018, se redujo a 88,86%, con lo cual estimó una pérdida de poder adquisitivo de 4,85 por ciento.
“Asimismo, si se compara el poder adquisitivo del último aumento de la gestión anterior (en septiembre alcanzaba 101,15) respecto del poder adquisitivo del aumento a aplicarse desde septiembre de 2017 (alcanzaría el 95,04) se observa una pérdida de 6,04%”, añade el estudio difundido ayer. En lo referido a la AUH, el CEPA marca que para el promedio del período 09/2014 a 11/2015 alcanzó 98,16% (respecto de 09/2014=100), mientras que el promedio del período posterior, entre 12/2015 y 02/2018, se redujo a 92,15%. Es decir que la reducción fue de un 6,12% menos de poder adquisitivo.
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