En 2018, se avecina un aumento tarifario en el transporte, que será de entre 50% (el mínimo se iría de $ 6 a $ 9) a 80% (un boleto a $ 11) en colectivos, al menos en el área metropolitana de Buenos Aires, según se desprende del análisis que varios economistas hicieron del Presupuesto.
Los subsidios al transporte disminuirán un 6% durante el año próximo. De los $ 104.000 millones destinados a las líneas de trenes y colectivos este año se bajará a $ 98.000 millones, según expresó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, al presentar el proyecto de Presupuesto el viernes en la Cámara de Diputados.
También habrá menor contribución de dinero público para los servicios públicos, como electricidad. En ese segmento, el Estado ahora está subvencionando la mitad del costo de la energía (el resto lo pagan hogares y empresas), mientras que en 2018 seguirá manteniendo un 40% del costo de la generación eléctrica.
La caída en el aporte público implica que los consumidores enfrentarán aumentos en sus facturas.
Aunque el Gobierno prefiere no dar cifras sobre cuáles serán los incrementos, el ministro Dujovne otorgó una pista. En transporte, «al menos vamos a tener que compensar la inflación», mencionó.
Desde que no se recomponen las tarifas de colectivos, la inflación acumulada ya supera el 37% y se estima que para fin de año, el costo de vida habrá escalado un 40%. Si a eso se le agrega otro 10% proyectado para 2018, la suba debería llegar a 50%, como mínimo.
El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, indicó que esa modalidad (que se utiliza en muchas ciudades) es un objetivo de su gestión y Dujovne reiteró que «ven un cambio multimodal para que un boleto incluya más de un viaje».
En ese ecuación, hoy el colectivo cuesta $ 6 y el tren $ 4. Si se los unifica a ambos en $ 11, el incremento en el bolsillo sería leve para los que utilizan ambos medios de transporte.
El alza para el colectivo (de $ 6 a $ 11), sería del 80%, pero atenuado para quienes se suben al tren. De todas formas, en el Gobierno están puliendo los detalles.
Los subsidios energéticos bajarán de $ 136.000 millones en 2017 a casi $ 108.000 en 2018. Allí, el Gobierno también generó algunas ideas en su presentación del presupuesto.
En 2016, los usuarios pagaban un 30% del «costo mayorista eléctrico de la tarifa abonada», mientras que el 70% restante lo aportaba el Estado. Es el llamado «precio de generación».
En 2017, tras un incremento que promedió el 68%, la demanda (hogares, empresas) pasó a abonar un 52% de lo que cuesta la luz de sus boletas, o sea que el Estado sigue subsidiando la mitad.
Para el año próximo, la proyección del Poder Ejecutivo es que los «privados» desembolsen un 61% del costo mayorista de la energía.
Eso colocaría al Estado en una posición en la que abone un 39% del precio de generación eléctrica. Pero aún no está definido cómo será ese traslado a precios. En el 68% de incremento promedio se conjugaron dos aumentos: el que recibieron las empresas por llevar luz (autorizadas a cobrar un 42% más) y el autorizado a los generadores. Estos últimos percibían $ 320 por MWh (la unidad de medida) en 2016 y pasaron a cobrar $ 640.
Según el Ministerio de Energía, el costo medio de generación fue de $ 1.070 por MWh entre febrero y abril, pero promedia los $ 1.410 para el resto del año.
