Martín Insaurralde afiló la tijera y echó a unos 50 funcionarios municipales. El intendente de Lomas de Zamora se convirtió en el primer jefe comunal peronista en sumarse a la iniciativa que impulsa Vidal para reducir cargos políticos y a la que ya se sumaron varios municipios conducido por oficialistas.
Por lo pronto, desde Lomas de Zamora explicaron que se dispuso bajar los recursos destinados a mantener la estructura de funcionarios en diferentes áreas de gestión, con el objetivo de realizar inversiones sociales.
Por lo pronto, Insaurralde explicó que redujo el presupuesto destinado a la política «para continuar priorizando las necesidades de los vecinos de todos los barrios de Lomas».
Insaurralde prevé en el Presupuesto 2018 un plan de pavimentación y de reconversión lumínica que alcanza la suma de 450 millones de pesos, lo que significa más del 10% del presupuesto municipal, mientras que los recursos destinados a la seguridad superan los 300 millones de pesos.
La reducción del déficit municipal y el congelamiento de la planta permanente eran dos de los requisitos para que los municipios recibieran fondos correspondientes al Pacto Fiscal, que fue aprobado en la Legislatura bonaerense gracias al voto positivo, entre otros, del bloque de Unidad y Renovación, que responde a los intendentes peronistas no kirchneristas.
La decisión del lomense llega en clara sintonía con algunos jefes comunales del Conurbano ligados a Cambiemos. El intendente de Quilmes, Martiniano Molina, decidió reducir 222 cargos políticos de su municipio con el objetivo de reducir un 49% la plata y a así ahorrar unos $ 100 anuales. A través de un comunicado, el jefe comunal sostuvo que desde el municipio se busca «hacer un Estado más ágil y más eficiente, con los recursos municipales donde deben estar, que es en obras para los vecinos».