Emanuel Garay, uno de los cadetes internados luego de tomar parte de la instrucción física de ingreso a la Policía de La Rioja falleció como consecuencia de un paro cardíaco luego de estar internado durante cinco días, ante lo cual las autoridades de la Escuela de Cadetes volvieron a ser detenidos.
Ante el hecho, la causa judicial pasó a ser caratulada como presunto «homicidio» y el gobernador riojano, Sergio Casas, advirtió que hará «hasta lo imposible para llegar a fondo con los responsables».
«Quiero asegurarles que desde el cargo que ejerzo haré hasta lo imposible para llegar a fondo con los responsables, porque nadie puede arrebatar la vida a un joven con todo un futuro por delante y sobre todo con el sueño de servir a la comunidad. Emanuel no merecía esto, y lo digo con profunda tristeza e indignación», señaló el dirigente peronista a través de su cuenta de Facebook.
Tras conocerse la noticia, el Gobierno de La Rioja dispuso la inmediata remoción y posterior arresto de la cúpula de la Escuela de Cadetes de la Policía provincial.
Además, se abrió una investigación interna para determinar la responsabilidad de cada uno de los directivos de la institución.
La medida abarca desde la autoridad de máximo rango del instituto, hasta el instructor a cargo, siguiendo la cadena de mandos que tienen a cargo los alumnos, de entre 19 y 26 años, aspirantes de la policía.
Asimismo, la Secretaria de Seguridad, mediante resolución administrativa, dispuso la intervención de carácter inmediato a través de la Dirección de Asunto Internos, del Instituto de Seguridad, que estará a cargo del comisario René Maldonado.
«La escuela va a cambiar, tiene que cambiar porque esto que ha pasado es grave y amerita una revisión profunda; no sólo de análisis médicos respecto a la salud de los inscriptos, sino también del entrenamiento físico, protocolo áulico y todas las cuestiones», se comprometió el ministro de Gobierno a cargo, Juan Luna.
En tanto, el otro cadete que se encontraba delicado, Luis Oropel, fue trasladado en una ambulancia por sus propios familiares a un centro médico de la ciudad de Córdoba «para un mejor tratamiento».
Las autoridades del hospital Vera Barros habían brindado el viernes un nuevo parte del día sobre el estado de salud de los estudiantes indicando que «tres de ellos que permanecían en Guardia Central y en el Servicio de Clínica Médica, fueron dados de alta».
En el Servicio de Unidad de Terapia Intensiva se detalló que uno de los cuatro cadetes que permanecían en ese servicio «fue trasladado a Sala Común y presenta buena evolución. Se espera que, en las próximas horas, otro de los jóvenes también sea trasladado a Sala Común, ya que su estado clínico continúa evolucionando».