Este miércoles se confirmó el primer caso de sarampión en la Ciudad de Buenos Aires. La paciente es una beba de 8 meses que no viajó recientemente a ninguna parte, lo que encendió las alarmas de las autoridades de Salud porteña que decretó un «alerta epidemiológico» para la zona.
El actual brote de sarampión tuvo su origen en Venezuela, donde se detectaron casi 900 casos, y posteriormente Brasil y Colombia confirmaron personas procedentes de ese país con la enfermedad.
La noticia vuelve a poner en relevancia la importancia de cumplir con el Calendario de Vacunación Obligatorio (CVO), aún teniendo en cuenta que la paciente en este caso no había recibido la dosis porque tiene menos de un año.
Ocurre que en junio de 2017 fue impulsado un proyecto del PRO para terminar con el CVO para adultos y recién nacidos hasta los 15 años.
La iniciativa, impulsada por la diputada Paula Urroz, puso en alerta a médicos y padres que advierten sobre «la irresponsabilidad» de anular la obligatoriedad de la aplicación de vacunas que ayudaron a erradicar enfermedades en el país, como es el sarampión, que ahora afectó a una beba que no estaba vacunada.
En la Argentina se registró el último caso de poliomielitis en 1984, el último caso autóctono de sarampión en 2000 y el último caso de rubéola y SRC (síndrome de rubéola congénita) en 2009. Todo eso fue posible gracias a la aplicación de vacunas.
En diálogo con minutouno.com, el presidente de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica y Jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, Eduardo López, calificó de «absurdo» el proyecto macrista porque «transforma un deber del Estado en un acto voluntario».
En la actualidad, la Ley 22.909 considera la vacunación como un derecho del niño y, por lo tanto, los padres están obligados a que ese derecho se cumpla. La vacunación no es una cuestión individual sino social, ya que cuando una persona se vacuna no sólo se protege a sí misma sino que también protege al conjunto, porque no puede transmitir la enfermedad.
En esta línea, la sociedad científica alertó sobre los verdaderos motivos del proyecto de ley: lo que se está buscando es ajustar el presupuesto nacional asignado al plan obligatorio de vacunación que hoy asciende a 4300 millones de pesos.
Por su parte, la médica Carla Vizzotti, integrante de la Fundación Huésped, resaltó la importancia de la vacunación al recordar que «se eliminó el trasplante de hígado por causa de virus de Hepatitis A, se redujo en un 50 por ciento la internación por neumonía desde 2012, y un 82 por ciento la letalidad por tos convulsa en neonatos».
En este sentido, destacó que «las vacunas y el agua potable son las dos herramientas sanitarias que más vidas salvaron en la historia de la humanidad» y opinó que el proyecto del PRO «carece de todo tipo de contenido científico».
Primer caso de sarampión en el país desde el 2000: ¿por qué es peligroso que las vacunas no sean obligatorias?
Hay enfermedades como el sarampión, la rubeola y algunos tipos de hepatitis que pueden evitarse con vacunas. Sin embargo, una diputada del PRO impulsa un proyecto para que sean optativas.