Condenaron a un grupo neonazi en Mar del Plata
Un grupo neonazi radicado en Mar del Plata fue condenado a penas que van de 4 a 9 años de prisión, luego de la sentencia del Tribunal Oral Federal en lo Crimina Nº1 de la ciudad.
La banda está acusada de haber atacado en patota a varias personas, entre ellas disidentes sexuales como trans y travestis.
Tras el falo, la justicia consideró que los acusados “integraban una organización” “destinada a imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor» y por esto condenó a cuatro de sus integrantes.
Entre ellos, Oleksander Levchenko (23), Gonzalo Paniagua (26), Alan Olea (29) y Nicolás Caputo (30), quienes fueron detenidos tras la lectura del fallo.
Para la justicia, el agravante de este grupo fundamentó su violencia en la “propaganda basada en ideas o teorías de una raza, religión o grupo étnico», hecho que llevó a la golpiza de trans, travestis, así como a militantes políticos y defensores de la libertad de género entre 2013 y 2016.
El tribunal también condenó a Franco Pozas (28) a 4 años y 6 meses y Marcos Caputo (19) a 2 años de tratamiento tutelar, ya que al momento de los hechos era menor de edad.
En tanto, la justicia decidió absolver a Giordano Spagnolo, de 23 años, el hermano mayor de Giuliano.
Testigos que declararon contra el grupo neonazi, describieron los hechos de amenazas y ataques que sufrieron a lo largo de este tiempo en la ciudad costera, realizados con total “impunidad”.
Uno de ellos fue Javier Moreno Iglesias, presidente de la Asociación marplatense de derechos por la igualdad, quien describió una amenaza recibida en octubre de 2015, cuando uno de los acusados le dijo: «vos cuídate, porque te voy a acuchillar».
Además, los testigos calificaron de que los miembros de la banda “estaban articulados” y que “salían de noche en un auto a buscar gente indefensa”.
Uno de los hechos más mediatizados, fue la golpiza brutal que había sufrido un miembro de la agrupación “Acción antifascista” durante 2015, quien terminó con la cabeza totalmente ensangrentada luego de una paliza con “palos y tubos de plástico rellenos con concreto”