El descuento en promedio del 10 por ciento de su salario que vieron faltante durante meses, los apabulló. Nadie responde a sus preguntas. Lo cierto es que personal contratado municipal que cobra sueldos hasta por debajo de la línea de pobreza y del salario vital y móvil (en septiembre 2016 debería ser de $7560), debió relegar sumas de la denominada productividad (estímulo a la productividad en recibo de sueldo, sistema de dinero en “negro” complementario al básico) para no se sabe qué fin.
Algo similar sucede con integrantes de planta permanente. Lo curioso es que no fueron todos “tocados” con la varita feliz del descuento. Por ejemplo el Concejo Deliberante, tesorería, y otras áreas podrán comprar otro plato de comida, un remedio o cargar la SUBE e irse a Punta Cana o Brasil como muchos lo hacen. Porque a ellos, -en ciertos casos manejan presupuesto a parte como el HCD- por el momento, la alegría le salta en los bolsillos y carteras.
No todo es sinceramiento. El intendente local, Martín Insaurralde, critica a viva voz que la inflación se comió el salario de los trabajadores, que la canasta básica se fue por las nubes, que no hay mercado interno, entre otros argumentos para simular pararse en una oposición político-partidaria al Macrismo. Pero al rato nomás, le descuenta a los más vulnerables. Deja sin parte importante del salario a mujeres y hombres, madres y padres de familia que pelean todos los días por sostener una economía que los agobia. De eso el intendente no habla. Ni sus secretarios ni funcionarios. Ahora si está contento con el aumento del 35 por ciento de las tasas municipales. ¿Y con qué van a pagar los trabajadores/as?
Curioso y silencioso es el tema, que ni siquiera concejales saben que hubo descuento a trabajadores precarizados municipales. El único que hizo denuncia formal en la sesión ordinaria del 23 de noviembre fue el peronista –dentro del FR– Juan Carlos Véliz.
Así y todo, la administración Insaurralde se ufana de dar trabajo a 10 mil personas. Lo que no dicen en realidad, es que el 80 por ciento de esa planta de trabajadores cobra salarios de miseria, muchos de ellos sin cobertura social ni sindical.
Desde el Sindicato de Trabajadores Municipales de Lomas de Zamora sostienen que debe terminarse con ésta impostura compulsiva de descontar. Y además refieren que debe volver al sistema de horas extra, que entra dentro del convenio y que suma al salario de manera más transparente. No como el sistema de “productividad” dinero en negro que hoy te lo dan y mañana te lo sacan como quieren y sin explicación.
Al fin y al cabo será que el intendente Insaurralde, de tanto recibir a mandatarios nacionales y provinciales se habrá puesto la camiseta del sinceramiento y el achique, como sucede en todo el país? Pregunta que se resuelve con acciones, más que con palabras.
Otro dato: suma y resta
Para colorear la postal de la alegría sin fin, trabajadores municipales perciben salarios de 4mil, de 4500, algunos más elevados de acuerdo a la cercanía o favores de un amigo/a funcionario. Ésos son los más afectados. Un empleado que está cobrando 4mil de básico más 1500 de productividad le fueron descontado $350. A una contratada dentro del edificio municipal 5mil pesos. A empleados con 4mil de básico más 4mil de productividad, les descontaron $750.
Es lógico, las cuentas del 10 por cineto no dan para nada. Y menos dan las respuestas. Porque nadie comunica la razones de éstos descuentos, que trabajadores dicen será hasta diciembre/16. Si falta dinero porque no se llega con la recaudación, deberían bajar los salarios más altos, es decir, los de la planta política, que también recibieron descuentos desde al menos hace dos meses a la fecha. Pero jamás a los de menos posibilidades salariales y sin defensa de ningún tipo.
Días de discrecionalidad. Hubo aumentos a ciertos contratados, descuentos enormes a otros, un derroche de incertidumbre digna del macrismo. Muchos se cuestionan quiénes o quién maneja estos descuentos. Apuntan a una mujer que trabaja en las sombras, con muy bajo perfil pero altas decisiones: maneja recursos y poder en el tercer piso municipal: Florencia Stamato. Atentos a ese nombre que suena desde hace años.