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Según la UCA, creció la pobreza infantil: hay entre 4.700.000 y 7.500.000 de chicos y adolescentes pobres

Aumentó en 600.000 la cantidad de niños y adolescentes que viven en hogares que no cubren la canasta básica y tienen déficits de alimentación, salud y educación.

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Según la UCA, creció la pobreza infantil: hay entre 4.700.000 y 7.500.000 de chicos y adolescentes pobres


Se conoció un nuevo informe del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA (Universidad Católica Argentina), que advierte sobre el crecimiento de la pobreza infantil en un contexto de crisis económica agravado por la escalada de la inflación, que en marzo tuvo un pico de 4,7% según datos oficiales.

El documento indica que cerca de cinco millones de niños, niñas y adolescentes en la Argentina son «doblemente pobres», un 41,2% en total que vive bajo pobreza estructural. Se trata de menores que viven en hogares que no llegan a cubrir la canasta básica y que tienen vulnerados derechos fundamentales como la alimentación, la salud y la educación. Integran un grupo de menores de 17 años que creció de 4.100.000 a 4.700.000.

El informe advierte que la «pobreza multidimensional infantil» aumentó 4 puntos en la Argentina entre 2017 y 2018. En ese período 600.000 menores de entre 0 y 17 años pasaron a integrar el grupo de quienes están debajo de la línea de la pobreza por el bajo nivel de ingresos de sus padres. Pero que además tienen déficits de alimentación, saneamiento, vivienda, salud, información o estimulación temprana/educación.

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«Se trata de un incremento significativo y está explicado básicamente por la pobreza monetaria que tuvo un incremento relevante en ese lapso», explicó Ianina Tuñón, Coordinadora del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina y coautora del informe «Pobreza, derechos e infancias en la Argentina (2010-2018)».

Cuando se analizan por separado la pobreza por ingresos y las demás carencias los porcentajes de población infantil afectada son mucho mayores. Mientras que el 51,7% de los niños, niñas y adolescentes viven en hogares carecientes en términos monetarios seis de cada diez (63,4%) están privados del ejercicio de al menos un derecho fundamental.

A diferencia de la pobreza monetaria -que subió 7,7 puntos porcentuales entre 2017-2018- la vulnerabilidad por carencias en materia de derechos bajó 2,5 puntos en el mismo período.

«La pobreza multidimensional tiene una evolución positiva que se estanca en el 2016 y desde entonces no hemos tenido avances significativos en este indicador que implica transformaciones mucho más estructurales que una mejora de ingresos», dijo Tuñón.

La coautora del informe indicó que si bien «hubo una caída sostenida y sistemática desde 2010» de cinco puntos «es muy pequeña para todo estos años», dado que «es prácticamente lo que se disparó la pobreza económica» entre 2015 y 2018.

«Esto señala la volatilidad de la pobreza económica en la Argentina y la dificultad para transformar cuestiones sustantivas en la vida de los niños, que son a gran escala y están en manos de los estados», explicó.

El análisis de la composición de la pobreza por privaciones de derechos determina que el 22,9% de los menores sufre carencias habitacionales (hacinamiento o déficit estructural), 19% en el acceso a la información (sin acceso a pantallas, libros infantiles o biblioteca) y 18,5 en saneamiento básico (agua e inodoro con descarga).

En tanto que el 17,4% tiene déficit en el acceso a la atención de la salud (no visitaron al médico en el último año o no tienen las vacunas correspondientes), 13,4% en la estimulación temprana y educación (inasistencia escolar, escolarización deficiente y maltrato) y 8,7 % en el acceso a la alimentación. Las carencias en materia de alimentación crecieron cuatro puntos entre 2015-2018, pasando del 7,1 al 11,2%.

«Veníamos viendo un incremento significativo en la asistencia de comedores pero la ayuda directa se estancó en torno a un 36% en 2017 lo que, sumado al aumento de la pobreza económica, hace que hoy se advierta un aumento de la inseguridad alimentaria», indicó Tuñón.

Entre los más afectados en este grupo están los adolescentes (73,5% de los que tienen 12 a 17 años frente al 60,8% de los que tienen 4 a 12), los que viven con solo uno de sus padres (70,9% frente al 62,3%), los que pertenecen a un hogar del estrato trabajador marginal (84,9% frente al 23,6% de los que pertenecen al estrato medio profesional) o viven en el conurbano bonaerense (74,8% frente al 30,2% de los que viven en Ciudad).

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