Axel Kicillof encabezará un acto con los 135 candidatos a intendentes del peronismo y les pedirá buscar más votos
El domingo 11 de agosto, después de las PASO y cerca de la madrugada, Axel Kicillof juntó su círculo más chico y, en el medio de la alegría por los resultados, les dijo: «El festejo terminó. No nos tenemos que relajar. Mañana hay que trabajar otra vez».
Las palabras del economista no parecían las de un candidato que ganó por 18 puntos de diferencia a la dirigente con mejor imagen del país, María Eugenia Vidal, y quedó a un paso de ser el nuevo gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Un mensaje similar les dará Kicillof a los 135 candidatos a intendente que tiene el Frente de Todos en la provincia. Lo hará este miércoles por la tarde cuando encabece un acto en el Polideportivo Delfo Cabrera de Avellaneda y retome así las actividades electorales. Allí les pedirá que no se relajen y les dirá que, más allá de la amplia diferencia, la elección no terminó.
El candidato a gobernador del peronismo buscará aplacar el clima triunfalista. No quiere subestimar el tramo final de la campaña electoral. Si bien se sabe ganador, aún faltan las elecciones generales y pretende transitar estos meses manteniéndose en el rol de candidato y no de un gobernador virtual. En caso de ganar nuevamente en octubre, su tarea comenzará el 10 de diciembre. Hasta ese puerto todavía debe comandar el barco bonaerense Vidal.
En el acto habrá dos ausencias destacadas. No estará la compañera de fórmula de Kicillof, Verónica Magario, que está en Puerto Rico en la Conferencia Internacional para Gobiernos Locales. La intendenta de La Matanza está allí por ser la presidenta de la FAM, entidad que representa a todos los municipios de la Argentina. Tampoco estará Sergio Massa, que se encuentra en Estados Unidos por un viaje laboral relacionado a su estudio jurídico.
El objetivo principal del encuentro con los candidatos del Frente de Todos es repasar los resultados de las PASO y analizar en que localidades se pueden sacar más votos. Kicillof quiere ampliar su triunfo y hacerse fuerte en el interior de la provincia, la zona que más se ha ocupado en recorrer. En las principales localidades del conurbano las diferencias con el frente Juntos por el Cambio son enormes. En los lugares donde perdió, volverá a ir. Presencia y mano a mano con los vecinos. A eso apunta.
Sin embargo, hay ciudades donde el corte de boleta lo perjudicó. Si bien ganó, la diferencia con los intendentes fue marcada. Escobar, Avellaneda y Berazategui son algunas de las localidades en las que intentará recuperar terreno.
Kicillof no desconfía de los intendentes que gobiernan allí. Pero sabe que son territorios donde todavía tiene margen para crecer y ampliar el triunfo logrado. Esos municipios están en la hoja de ruta del segundo tramo de la campaña.
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En Escobar, donde gobierna Ariel Sujarchuk, Kicillof sacó cerca de once mil votos menos que el jefe comunal. Menor fue la diferencia en Avellaneda, localidad gobernada por el ultra kirchnerista Jorge Ferraresi. Allí sacó cinco mil votos menos que el intendente. En Berazategui Kicillof estuvo casi once mil votos debajo de Juan José Mussi.
De cara a octubre, el ex ministro de Economía va a reestructurar la campaña con los 135 candidatos peronistas y reforzará una idea puntual: evitar cometer errores no forzados. En el búnker de Kicillof consideran que hicieron una campaña más jugada en el primer tramo y que en este camino que une las elecciones primarias con las generales el foco tiene que estar puesto en no cometer errores.
Evitar descalificaciones, tener un discurso cuidado en los medios de comunicación y no caer en la confrontación con el gobierno provincial son algunos de los ítems que el equipo de Kicillof espera que los intendentes respeten a rajatabla. Hay que cuidar la enorme cantidad de votos obtenidos. Si se pueden ampliar, mejor. Sino, los logrados hasta ahora servirán para que el peronismo vuelva a gobernar Buenos Aires después de cuatro años.
Un grupo de intendentes también expresará en el encuentro cuáles son los principales problemas que los aquejan en sus distritos y que se reflejan en otros municipios bonaerenses. El sistema de salud y las deficiencias de la educación pública están bien arriba en la lista de inconvenientes que tienen muchos jefes comunales.
Desde lo simbólico a nivel político, el acto será una nueva muestra de unidad detrás de la candidatura de Kicillof. Así lo entienden los intendentes. Uno de ellos lo graficó con pocas palabras: «En la provincia de Buenos Aires nadie quedó afuera de la unidad. Y eso se va a notar cuando estemos todos juntos en Avellaneda».