El intendente del Frente para la Victoria de Marcos Paz, Ricardo Curutchet, volvió a estar en el ojo de la tormenta ya que no deja de mostrarse amistoso con el oficialismo nacional y provincial.
El Jefe comunal ya había generado incertidumbre en las últimas elecciones sobre su posible pase a Cambiemos luego de recibir primero al presidente Mauricio Macri, con quien inauguró dos plantas de saneamientos, para luego recibir a la gobernadora María Eugenia Vidal, en un destacamento de bomberos.
Curutchet ya tiene un polémico pasado ya que es de origen radical y perteneciente a la Concentración por Marcos Paz pero en la gestión de kirchnerismo se alineó a este espacio, por lo que no sería raro de esperar que dé el salto al espacio de Macri.
En esta línea, dentro del círculo local expresan su rechazo por su tibieza política. Es que hace poco tiempo, Curutchet dejaba en claro su facilidad de cambiar de color político: ”Si bien somos parte del FPV, tenemos mucha autonomía de gestión con el partido local”, aseguraba.
La última gota que rebalsó el vaso fue la última visita de la funcionaria de Cambiemos, la titular de Acumar, Gladys González, quien entregó al Municipio un camión en el marco del plan de saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo. A la que siempre es una foto institucional, el jefe comunal optó por una “selfie amistosa” con la funcionaria, que luego compartió en las redes sociales.
En un momento en el que los intendentes viene reclamando más medidas de seguridad a Vidal, expresan su descontento con el accionar contra los docentes y falta de inversiones en los Municipios, Curutchet hace la vista gorda y prefiere quedar bien con “Dios y con el diablo”.
¿El intendente radical K va hacia donde sopla el viento?
