El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, presentó su dimisión al presidente de la República, Sergio Mattarella, al no haber podido conseguir una solida mayoría tras la salida del Ejecutivo del partido Italia Viva, de Matteo Renzi, y a partir de este momento se abren una serie de pasos institucionales a cumplir en la búsqueda de un nuevo Gobierno.
Conte comunicó al Consejo de Ministros su decisión y luego acudió al palacio del Quirinale, sede de la presidencia de la República, para formalizar su dimisión.
Tras recibir la renuncia del primer ministro, Mattarella abrirá las consultas mañana miércoles según un cronograma que se anunciará en las próximas horas, informó la presidencia de la República.
Tras las consultas, que durarán un par de días, el jefe del Estado puede otorgar un mandato a una figura institucional -en 2018 lo confirió a los presidentes de las dos cámaras parlamentarias- para explorar las posibles mayorías y la figura de un nuevo líder si ve que Conte no tiene posibilidades.
Pero la intención de Conte es que Mattarella le encargue a él un nuevo mandato para comprobar posibles nuevas mayorías: el primer ministro saliente aceptaría de manera provisional y regresaría tras algunos días para comunicar si cuenta con apoyos.
En caso de que no lograrlos, se lo comunicará al presidente Mattarella, quien deberá volver a abrir consultas para estudiar otro nombre que reúna una mayoría, o en caso de comprobarse la imposibilidad de formar un nuevo Ejecutivo, decidir disolver las Cámaras para acudir a elecciones.
Otra hipótesis es crear un Gobierno tecnócrata y ya circulan nombres como el de la expresidente del Tribunal Constitucional Marta Cartabia, el economista Carlo Cottarelli o al actual gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco, para guiar al país hasta las elecciones anticipadas en junio.
Según los medios italianos, las posibilidades de Conte de formar un Gobierno cada vez son menores ya que no se cree que pueda existir una reconciliación con Renzi y la búsqueda de otra mayoría con parlamentarios “responsables” de centro por el momento no está dando los resultados esperados por Conte.
El líder de la conservadora Forza Italia, Silvio Berlusconi, por su parte, aclaró que no apoyará al actual Ejecutivo de Conte y que la única solución es la de un gobierno “que represente la unidad sustancial del país en un momento de emergencia” porque “cualquier otra solución significa prolongar una parálisis que el país no puede permitirse”.
Tras la dimisión de Conte, y hasta la toma de posesión de un nuevo Ejecutivo, el Gobierno saliente permanece en el cargo para la conducción de los asuntos de ordinaria administración, lo que incluye la eventual emisión de decretos leyes en casos de necesidad y urgencia.
Con la crisis de gobierno se detiene toda actividad parlamentaria, salvo actos urgentes como la aprobación de decretos vencidos. La actividad ordinaria de las Cámaras se reanuda sólo después de que el nuevo Ejecutivo haya obtenido la confianza del Parlamento.