El hermano del presidente Honduras, Juan Orlando Hernández, fue condenado a cadena perpetua por un juez federal en Nueva York, más de un año después de ser declarado culpable de tráfico de drogas.
En octubre de 2019, Tony Hernández, de 42 años, fue encontrado culpable de conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, hacer declaraciones falsas y posesión de ametralladoras. Esto significaba que tendría una sentencia mínima de 40 años de prisión.
El juez federal P. Kevin Castel dijo este martes durante la audiencia que la sentencia de Hernández, quien sirvió en el congreso hondureño entre 2014 y 2018, era «muy merecida».
Se cree que Hernández estuvo involucrado en la importación de 185 toneladas de cocaína, algunas con sus iniciales estampadas en el empaque. En documentos judiciales presentados a principios de marzo, los fiscales describieron un largo historial de participación criminal, algunos de los cuales también implicaron a su hermano, quien fue el líder del congreso de honduras antes de convertirse en presidente en enero de 2014.
«El acusado fue un congresista que, junto con su hermano Juan Orlando Hernández, desempeñó un papel de liderazgo en una violenta conspiración de narcotráfico patrocinada por el estado», aseguran los documentos de la Fiscalía.
Además de su sentencia de cadena perpetua, a Tony Hernández se le ordenó devolver 138 millones de dólares, así como pagar una multa de USD 10 millones.
La Justicia resolvió además que Tony Hernández era responsable de la venta de armas a los narcotraficantes, algunas de las cuales provenían de arsenales militares hondureños, así como de laboratorios de drogas operados en Honduras y al sur de Colombia.
Los fiscales también alegan que «el acusado consiguió y distribuyó millones de dólares en sobornos derivados de las drogas a Juan Orlando Hernández, el ex presidente hondureño Porfirio Lobo Sosa y otros políticos». Además, los fiscales dijeron que Hernández manejó al menos USD 1 millón en sobornos del exjefe del cártel de Sinaloa, Joaquín «El Chapo» Guzmán.
