Guillermo Migliorini Izurieta era un docente marplatense que tenía 27 años y una enfermedad preexistente. A pesar de que había recibido las dos dosis de la vacuna, el coronavirus agravó su cuadro y falleció en las últimas horas.
«La peor pandemia es el egoísmo, y de esa creo que no hay salvación»
En sus redes sociales había dejado un mensaje sobre la dificultad de las clases presenciales: «La peor pandemia es el egoísmo, y de esa creo que no hay salvación», decía.
El joven docente, que dio positivo de Covid-19 el martes 13 de abril, se convirtió en una de las primeras víctimas fatales entre los trabajadores de la educación del municipio bonaerense de General Pueyrredón.
Según él mismo compartió en sus redes, cursaba la enfermedad con fiebre muy alta que no podía bajar y presentaba problemas para respirar, por lo que cuatro días más tarde quedó internado en una clínica de la ciudad. Aunque ya había recibido las dos dosis de la vacuna, su cuadro de coronavirus se agravó por una patología de base que padecía el joven.
Durante su internación, el docente se había referido al retorno de la presencialidad en las aulas -que se concretó a principios de marzo- y advertía por «la estúpida ficción de la nueva presencialidad». En un posteo en su cuenta de Facebook, el joven docente sumaba su opinión al debate en torno a las clases presenciales en plena segunda ola de contagios de coronavirus y los riesgos sanitarios que estas conllevan.
“Ojalá, a muchos de mis contactos que creen en la estúpida ficción de la nueva presencialidad, montada para aplacar a los medios -que no paran porque son CRIMINALES de la peor calaña-, se les caiga esa fachada y puedan ver la realidad»
«Si tus hijos van a escuelas privadas, pensá que los que vamos a las públicas… Algunas, sin siquiera aulas ventiladas según el protocolo. Si viajás al cole en auto, pensá en quienes usan colectivo, con las ventanas totalmente cerradas. Si vas al colegio en Mar del Plata, pensá en cuanto falta para que lleguen los fríos, las heladas y nos obliguen a tener que mantener las clases muertos de frío (nosotros y los chicos). La peor pandemia es el egoísmo, y de esa creo que no hay salvación”, finalizaba el joven docente, que finalmente falleció a causa del coronavirus.