Silvia Cantarella, precandidata a concejal de Rosario, justificó este lunes su decisión de confeccionar chalecos antibala para repartir entre las mujeres que asisten en comedores comunitarios de los barrios populares de la ciudad y, como cristiana evangélica, adhirió al pedido de censura de la serie «El Reino» hecha en un comunicado por las autoridades de la iglesia.
«La serie está fuera de la realidad. Soy cristiana evangélica y para mí es una ficción total. No me sentí identificada para nada con la serie. Estoy de acuerdo con el comunicado» del Consejo Directivo de la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), respondió Cantarella en declaraciones a Radio La Red.
Cantarella aseguró que los fieles evangélicos «no son así, para nada», y opinó que «sería un sueño tener» en la Argentina un presidente como el brasileño Jair Bolsonaro, que «represente» a ese sector religioso y tenga los mismos «valores y principios. Que defiende los derechos y la familia. Sería un sueño a cumplir», reiteró la precandidata a concejal por el frente Una Nueva Oportunidad (UNO).
«El Reino» relata la historia del pastor Emilio Vázquez Pena, que protagoniza Diego Peretti, y su llegada a la presidencia del país en medio de una trama de poder y delito.
El comunicado de los evangélicos contra «El Reino»
La Aciera acusó a los creadores de la serie, difundida en Netflix, de «usar el arte» para «crear en el imaginario popular la percepción» de que sus pastores «solo tienen ambiciones de poder o de dinero», con el fin de «segregar, marcar en listas y señalar como peligrosos y fundamentalistas» a sus fieles y que se «debiliten y desaparezcan».
La Alianza Cristina de las Iglesias Evangélicas difundió un documento, que luego borró de sus canales de comunicación, en el cuestionó un supuesto «comportamiento fascista» de los creadores de la serie y acusó a la guionista, Claudia Piñeiro, y al director, Marcelo Piñeyro, de tener «un encono» contra la «cultura evangélica de la Argentina» derivada de su «militancia feminista durante el debate de la ley del aborto».
En tanto, Cantarella afirmó que decidió confeccionar chalecos antibalas para repartir en los barrios populares de Rosario porque quienes asisten a los comedores comunitarios allí instalados se sienten «desprotegidos» ante las «balaceras diarias» motivadas por las disputas territoriales de bandas delictivas.
«Surgió de las charlas con un grupo de colaboradoras sobre cómo protegernos de la situación, que es muy alarmante. La inseguridad es absoluta. Es un llamado de auxilio porque necesitamos que el Estado nos proteja. Hay barrios en la ciudad de Rosario que están en la desidia y el abandono», opinó Cantarella.