«Probablemente debamos dejar se usar la palabra «transitoria’, los riesgos de una inflación más persistente han aumentado”. La frase por sí sola es preocupante y mucho más cuando se sabe que el que la pronunció es Jerome Powell. Es el titular de la Reserva Federal de Estados Unidos (la «FED), el «Banco Central» de ese país.
La variante Ómicron reavivó viejos temores sobre la pandemia y eso afecta negativamente en la economía de Estados Unidos y mundial.
«La nueva variante del coronavirus plantea riesgos a la baja para el empleo y la actividad económica y eleva la incertidumbre por la inflación”, sentenció Powell en el Capitolio.
Jerome Powell concurrió al Congreso en compañía de Janet Yellen, titular de la Secretaría del Tesoro.
La calificada opinión de Powell cobró más valor todavía. Nombrado por Donald Trump, el presidente Joe Biden acaba de ratificarlo en su cargo.
Con ese respaldo ratificó lo que ya había dicho: la inflación está dejando de ser un fenómeno transitorio causado por la enorme cantidad de dólares emitidos para ayudar a empresas y ciudadanos durante el peor momento de la pandemia. Realimentada con la variante Ómicron
Powell advirtió: «Entendemos que la alta inflación impone cargas significativas, especialmente a aquellos menos capaces de cubrir los costos más altos de productos básicos como alimentos, vivienda y transporte«.
Habló directamente de «alta inflación». Las últimas proyecciones dan una inflación anual del 6,2%. Puede ser una meta más que deseable para la Argentina. Pero es el valor más alto en los EE.UU. en los últimos 30 años.
El presidente demócrata siempre habla de la inflación como un efecto «transitorio» mientras la economía se va recuperando.
Pero Powell, técnico, tiene otra mirada: «Todo parece indicar la inflación en alza se mantendrá hasta bien entrado el próximo año”.