El 2 de enero del 2017 hizo su debut la flamante Policía de la Ciudad de Buenos Aires, con aproximadamente 25 mil efectivos (833 policías cada 100 mil habitantes), 19 mil provenientes de la Policía Federal y 6 mil de la ex Metropolitana. La nueva fuerza quedaba al mando del ex Federal, el comisario general José Pedro Potocar.
«Esta es una prueba de lo que podemos hacer trabajando en equipo. Este es un cambio histórico. Hoy la gente en todos los barrios está preocupada por la seguridad y estamos trabajando para que la gente se sienta más segura, más cuidada», aseguraba Horacio Rodríguez Larreta durante la presentación de la nueva fuerza.
Pero lo que parecía un plan maestro de seguridad presentó el primer y más potente quiebre: Potocar fue detenido, acusado de “asociación ilícita” por supuesto hechos de corrupción. La detención del comisario general generó fuerte preocupación al Gobierno que veía en la Policía de la Cuidad “la revolución de la seguridad”.
Pero esto no es todo. Existe un fuerte descontento de en los efectivos policiales que, a poco de cuatro meses de la unificación de la fuerza, reclaman armamentos, chalecos antibalas y aumentos salarias.
Esta semana, los policías se convocaron en la Jefatura del Gobierno porteño para exigirle explicaciones al ministro de Justicia y Seguridad, Martín Ocampo, quienes los atendió con una claro desprecio a los reclamos.
Según trascendieron videos a los que pudo acceder este medio, los efectivos aseguran que desde el Gobierno no les interesa el personal sino políticamente cómo quedan ante los vecinos.
Una de las efectivas denunció falta de equipos de comunicación y chalecos, tras relatar una triste anécdota en un enfrentamiento armado en el que los propios policías debieron llamar al 911. Al grito de que ‘es una vergüenza, el personal policial aseguró que “eso pasa en todas las comisarías”.
A esto se suma el reclamo por los fondos de la policía de la Ciudad y una ecuación que no cierra: Los Federales ganaban menos pero hacían Adicionales y terminaban ganando más, lo que ahora no pasa porque en la Policía de la Ciudad no existen las horas extras ni adicional.
Lo cierto es que el descontento crece dentro de la nueva fuerza que quedó sin jefe y sin respaldo de un Gobierno que, según ellos, los liberan a la buena de Dios.
Las promesas no cumplidas:
«Juntos vamos a hacer la Policía que queremos, con los valores de cercanía, con vocación de servicio y sobre las bases de la transparencia y la honestidad», apuntaba el ministro Ocampo, durante la presentación de la fuerza.
El jueves 27 a las 17 horas vamos a contestar tus preguntas sobre la seguridad de la Ciudad junto a @MarceDaless en mi Facebook. pic.twitter.com/f0NJRvz94K
— H Rodríguez Larreta (@horaciorlarreta) April 20, 2017
«Nuestros vecinos exigen y esperan mucho de nosotros y tenemos que trabajar muchísimo para que estén seguros. Vamos a apuntar a una policía presente en la calle, que escuche a los vecinos, y que haga su trabajo con honestidad y transparencia «, afirmaba Potocar, ahora detenido.
