Los legisladores israelíes disolvieron el parlamento este jueves, forzando la quinta elección del país en menos de cuatro años.
El ministro de Exteriores, Yair Lapid, quien fue el arquitecto del gobierno de coalición saliente, se convertirá en el primer ministro interino a medianoche del viernes. Será la 14ta persona que ocupe el cargo tras Naftali Bennett, el primer ministro que menos ha durado en el cargo.
La decisión pone fin formalmente a un experimento de un año de duración en el que ocho formaciones de todos los ámbitos del espectro político israelí trataron de encontrar un terreno común tras un largo periodo de estancamiento político con cuatro elecciones en dos años.
La ley de disolución que se aprobó con 92 votos a favor y ninguno en contra pone fin al mandato de un año del primer ministro saliente Naftali Bennett, quien lideró una coalición de ocho partidos respaldada por un partido árabe, una novedad en la historia de Israel.
Las diferencias entre estos partidos limitaron seriamente el funcionamiento del Gobierno, que en los últimos meses atravesó múltiples crisis y renuncias de sus miembros, perdiendo incluso la estrecha mayoría con la que contaba.
Así, Israel se verá abocado a unos quintos comicios en menos de cuatro años, extendiendo una profunda crisis política que comenzó a fines de 2018.
Con su disolución hoy, la Knéset (Parlamento) concluyó una convulsionada semana en la que varios intentos de llevar a cabo esta votación fueron frustrados por trabas burocráticas y desacuerdos entre los distintos partidos.
Uno de estos desacuerdos fue en torno a la fecha de los próximos comicios, que finalmente tendrán lugar el próximo 1 de noviembre.
De cara a estas elecciones, el hasta hoy primer ministro, Naftali Benet, anunció ayer que no se presentará y dejará a la actual ministra de Interior, Ayelet Shaked, al frente del partido ultraderechista Yamina.
El anuncio de Benet se produjo durante un discurso de despedida del cargo, en el que destacó algunos logros de su Ejecutivo, dio su apoyo a Lapid y enfatizó la importancia de que los partidos israelíes “dejen de lado las diferencias ideológicas y se ocupen de la seguridad, la economía y el futuro del Estado de Israel”.
Según encuestas difundidas durante los últimos días, el ex primer ministro Benjamín Netanyahu -que enfrenta un juicio por corrupción- se perfila como ganador en cantidad de votos, tal como sucedió en tres de las últimas cuatro elecciones.
Lapid, por su parte, se ubica segundo en las encuestas y se perfila como líder del bloque anti-Netanyahu, que sin embargo ha enfrentado profundas dificultades para gobernar en conjunto durante el último año.