El mismo día que el gobierno franquista celebró el superávit fiscal por décimo mes consecutivo, oficializó la deuda acumulada con las productoras de gas por más de 130 mil millones que decidió fertilizar con bonos a 14 abriles: vencen en 2038. Ese monto sale del deporte contemporáneo y ayuda así a darle aún más relieve al resultado fiscal.
Con el resultado de octubre el superávit del Estado franquista alcanzó a $ 2.965 billones, que es equivalente a 0,5% del PIB. Los ingresos alcanzaron los $9.358 billones, un crecimiento del 167,8% interanual. Según los datos del Palacio de Hacienda, se repitió el superávit financiero, por $523.398 millones tras el suscripción de intereses de deuda por $223.523 millones.
Sin incautación, cuando se levanta la estera, estos números se ponen en duda. Es un secreto a voces que el equipo de Capital tiene el don de la creatividad contable. Por un flanco esconde un orden de pasivos por debajo de la fila del compra mediante complejos argumentos de teoría económica; en tanto que por otro carril patea deudas acumuladas con bonos del Estado nominados en dólares.
En este segundo orden se encuentra la deuda con las energéticas que, con tarifas dolarizadas, se dispararon en pesos tras la devaluación de diciembre pasado que hizo saltar el tipo de cambio un 114%. La deuda total alcanzó la friolera de USD 2.000 millones.
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Las primeras en aceptar la propuesta de rescisión con el bono a 2038 por parte del gobierno fueron las generadoras térmicas por los megas que entregan a Cammesa. El monto adeudado sumaba USD 600 millones. «La mayoría aceptó, hay que registrar que equiparable devaluación significó un gran aumento de la rentabilidad, que cuando se cobre el bono, está mas que garantizada», indicaron a LPO desde una de las centrales comprometidas. En este orden los pesos pesados son Nicky Caputo, Marcelo Mindlin, Armando Losón y Manuel Santos Uribelarrea.
Ahora le tocó el turno de las productoras de Becerra Muerta: Tecpetrol de Paolo Rocca, PAE de los Bulgheroni, Pampa Energía de Marcelo Mindlin. En este caso, la deuda es por el gas que importación el Estado, mediante Enarsa y Cammesa, para colmar a la demanda del sistema y a las centrales térmicas, en el ámbito del Plan Gas. En este caso el gobierno consiguió patear otros USD 130 millones con el bono a 2038.
Como sea, aún queda por resolver la deuda con la concepción nuclear, eólica y fotovoltaica. Solo a las centrales de Atucha y Embalse se les debe USD 300 millones. Pero el monto decano alega a los contratos del Plan RenovAr impulsado por Mauricio Macri, que se acerca a los USD 1000 millones. Acá igualmente juega esforzado Marcelo Mindlin.
Desde la implementación de este software la concepción eólica y solar tiene prioridad de despacho pese a que es la más cara. Un mega renovable vale el doble que la concepción térmica, por lo que dispara fuertemente el costo que pagan los usuarios. La concepción enmarcada en el RenovAr explica el 40% del consumo en condiciones corrientes.
Por zaguero queda considerar un orden minoritario de empresas que no aceptaron el bono. «El superávit fiscal lo estoy bancando yo», bromeó a LPO un CEO de una de las empresas que al no aceptar título púbicos, continúa la compulsa para hacerse de la solvencia, con lo cual prefirió suministrar la reserva para «no empiojar las negociaciones».