Con perspectivas de crecimiento para el 2025, las automotrices encaran la recta final del año con una recuperación que, no obstante, no alcanzará para revertir la abrupta caída del primer semestre de año, tanto en términos de mercado como industriales.
La devaluación de diciembre le asestó un impresión al mercado interno, y aún con buenas proyecciones a mediano plazo, las ventas de 0KM estarán en niveles de 2004 (a excepción, claro, de los tiempos de pandemia, cuando se cerraron concesionarios). Se estima que los patentamientos merodeen las 400 mil unidades. Pero con destino a futuro el panorama se ve con menos nubarrones.
De acuerdo al referencia de la asociación de concesionarios ACARA, los últimos tres meses cerraron con elevación interanual, y la caída hasta octubre se moderó a un 10%. Vale destacar que el 2023 siquiera había sido un año celebratorio, con lo cual un descenso contra el año pasado marca un punto de inflexión. Se tocó fondo, pero, parece, se empieza a salir a flote.
Con este empujón final hay entusiasmo por un crecimiento en 2025 que lleve el mercado al medio millón de unidades. Externo de los récords de 2013, cuando los patentamientos orillaron el millón de unidades, pero si se alcanzaran las 500 mil unidades representaría una suba saludable del 25%.
En materia industrial, en octubre se registró el primer mes de crecimiento en la era Milei, pero aquí el desplome fue más pronunciado: la caída en el acumulado anual es superior al 19% hasta octubre. De todos modos, asoman a la panorámica nuevos proyectos de inversión que podrán incrementar los volúmenes fabriles. Los más promisorios: los de Renault, Stellantis y Mercedes-Benz Camiones y Buses. Aún así, el dólar primitivo en un contexto de devaluación en Brasil ya enciende luces de inquietud por el encarecimiento de la producción nave.
Diálogo con el Gobierno
El cambio de Gobierno en diciembre incluso produjo una modificación de las reglas de serie. Las empresas se entusiasmaron con la posibilidad de solucionar problemas estructurales que se arrastraban de la trámite antecedente. Así, rápidamente el sector buscó interlocutores con la nueva sucursal para ponerle fin a las deudas que las fábricas tenían con sus casas matrices por la negocio de insumos en el foráneo. Asimismo reclamaron longevo flexibilidad para importar productos y pusieron sobre la mesa una vieja queja: la exuberante cantidad de impuestos que no solo encarecen los autos en el país, sino que incluso se arrastran a la sujeción exportadora, un esquema que impacta de vía negativa en la competitividad de la industria automotriz franquista.
Algunas de esas cuestiones se fueron resolviendo. Por ejemplo, el BOPREAL, un bono negociable en el mercado secundario, sirvió para saldar deudas por importaciones. Desde las empresas señalan que tienen buena recibimiento del Gobierno, con algunos guiños que llevaron a rebajas impositivas y simplificación de trámites. La devolución de favores llegó cuando las marcas accedieron a descender precios cuando se redujo el Impuesto PAIS, pese a que técnicamente los autos en concesionario ya había tributado ese arbitrio.
No obstante, las automotrices piden que se terminen de liberar las restricciones y que se revea el esquema impositivo de modo integral, mientras observan con preocupación los exportadores el valía del dólar, que restringe la competitividad. El fin del cepo, por supuesto, es incluso uno de los pedidos, que se enmarcan en las generales de la ley.
La longevo flexibilidad para importar ya se empieza a reflectar en el mercado, tras abriles en donde las planillas de patentamientos solo estuvieron dominadas por modelos nacionales. Se vendía lo que estaba en los concesionarios. Y en esa restricción de la proposición solo había modelos made in Argentina. Este año la ecuación cambió, hubo por momentos exceso de proposición y errata de demanda, con lo cual incluso los vaivenes pasaron de los sobreprecios en concesionarios de 2023 a las ofertas en 2024. Asimismo, como reflexiva de la pérdida de la inflación, reapareció el crédito, y se retraso que el año próximo sea otro dinamizador de las ventas.
En la transigencia importadora no solo ganan ámbito modelos fabricados en el foráneo, principalmente en Brasil, sino que incluso hay expectativas por una renovación tecnológica que incremente el parque de modelos eléctricos e híbridos. Es un explicación que viene gradual en el país, pero que en 2025 podría tener un brinco.
Ganadores
El Peugeot 208, el Fiat Cronos y la Toyota Hilux, tres modelos nacionales, fueron los más vendidos hasta octubre. Se mantienen al tope de las ventas. Poco más detrás, en el cuarto emplazamiento, aparece la Ford Ranger, completamente renovada y incluso fabricada en el país. El primer maniquí importado es el Toyota Yaris, en el botellín emplazamiento.
En el rankig de marcas, Toyota es la más elegida en 2024. Le siguen Volkswagen, Fiat, Peugeot, Ford y Renault. Completan el top ten: Chevrolet, Citroên, Jeep y Nissan.
Por fuera de las generalistas, las marcas importadas y de entrada variedad tuvieron un resurgir con el cambio de maniquí. Terminan con subas en un mercado que cerrará a la pérdida. Honda crece 160% con la renovación de su variedad, las alemanas premiun como Audi y BMW crecieron entre 13% y 30%, las coreanas Hyundai y Kia muestran alzas de 38% y 26%.