La emblema de títulos censurados se triplicó en tan solo un año desde los 3.500, según la investigación de la ordenamiento PEN América.
jueves 28 de noviembre de 2024 | 11:34hs.
Las prohibiciones de libros están creciendo a niveles preocupantes. En el curso escolar 2023-2024, los casos pasaron de 3.362 a más de 10.000, según el reporte de PEN America, una ordenamiento que defiende los derechos humanos y la permiso de expresión con foco en el acercamiento a la letras. A la vanguardia de las restricciones se encuentran Florida y Iowa, con en torno a de 8.000 prohibiciones derivadas de leyes estatales. Distritos escolares de otros Estados además limitaron un decano número de libros este año, como Elkhorn en Wisconsin, con un veto de 300 títulos en solo unos meses.
Las cifras presentadas en el estudio podrían ser inferiores a las reales porque prohibiciones de este tipo no suelen ser denunciadas. Siquiera se incluyen las numerosas denuncias de censura blanda, como las restricciones por motivos ideológicos en la adquisición de libros por parte de los centros escolares, la retirada de colecciones de las aulas y la abrogación de visitas de ciertos autores y otras actividades vinculadas con la promoción de la leída.
“Siguiendo las tendencias de primaveras anteriores, las prohibiciones de este postrero año incluyen de forma abrumadora historias con personas o personajes de color y personas LGBTQ+. Asimismo observamos cómo los casos de prohibición de libros se dirigen cada vez más a historias sobre mujeres y niñas que incluyen representaciones de violaciones o abusos sexuales”, se puede ojear en el referencia de PEN America.
Como en los últimos primaveras, hay dos factores claves detrás de este movimiento: la carta estatal y la influencia de grupos conservadores. “Las campañas coordinadas de una minoría de grupos y actores individuales ejercen una presión indebida sobre los consejos escolares y los distritos, lo que se traduce en la toma de decisiones excesivamente cautelosas con respecto a la accesibilidad de los libros en las bibliotecas de las escuelas públicas. Los ataques a la letras en las escuelas persisten a pesar de la impopularidad de estos grupos que defienden los derechos de los padres y de las encuestas que muestran una amplia concurso a la prohibición de libros”, sostiene la investigación.
Este 2024, la carta estatal además ha sido especialmente decisiva en esta problemática. La ley SF 496 de Iowa, que entró en vigor en julio de 2023, prohíbe los libros con cualquier contenido relacionado con el sexo, y posee disposiciones similares a la ley de Florida, que impide Comentar la palabra “gay” en las aulas. En este sentido, la ley HB 1069 de Florida creó un proceso estatutario para la prohibición de libros, y demanda que cualquier tomo impugnado por conducta sexual sea retirado de la biblioteca durante el proceso de revisión.
Utah además aprobó este año la ley de prohibición de libros más extrema actualmente en vigor (la HB 29), que impone lo que PEN America ha denominado una serie negra de libros en las escuelas de todo el Estado, y Carolina del Sur votó a confianza del Reglamento 43-170 este verano, que veta los libros de contenido sexual y otorga al consejo de educación estatal la talento de retirar títulos de escuelas y bibliotecas públicas. Por postrero, Tennessee amplió la Ley de Materiales Adecuados a la Antigüedad de 2022, y pide el retiro de libros que contengan desnudos, exceso de violencia o describan actos sexuales. Por otra parte, faculta a una comisión estatal para evaluar determinados títulos cuestionados.
Autores en la serie negra
Los esfuerzos por suprimir el derecho a leída sigue afectando a un amplio rango de libros y autores. Desde novelas clásicas hasta historias para jóvenes, el Índice de Prohibiciones de Libros Escolares de PEN América incluye este año a libros como Raíces: La clan de una comunidad saco, de Alex Haley; Un árbol crece en Brooklyn, de Betty Smith; Reconstrucción negra en América, 1860-1880 de W.E.B. DuBois; Crimen en el Nilo, de Agatha Christie; La mujer del dios de la cocina, de Amy Tan; Cómo las chicas García perdieron su acento, de Julia Álvarez; Buscando a Junie Kim de Ellen Oh; Cuéntalo en la montaña, de James Baldwin; El verano pródigo, de Barbara Kingsolver; Puddin, de Julie Murphy; Blade Runner (Sueñan los androides con ovejas eléctricas), de Philip K. Dick; y Cold Sassy Tree de Olive Ann Burns.
Los escritores iberoamericanos siquiera se salvan. La casa de los espíritus y Más allá del invierno de Isabel Al otro lado; Crónica de una crimen anunciada, El aprecio en los tiempos del cólera y Cien primaveras de Soledad de Gabriel García Márquez; La maravillosa vida breve de Óscar Wao de Junot Díaz; La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, y Tinísima de Elena Poniatowska, están vetados en condados de Florida como Orange y Escambia, publicó El País. (APFDigital)