Con 27 votos a amparo, principalmente provenientes de las bancadas de Vamos por Más, parte de la UCR, La Emancipación Avanza y los espacios liberales, la asamblea aprobó el plan de Juan Facundo del Gaiso que propone Forjar un nuevo régimen que abarque exclusivamente a los enfermeros y enfermeras, quienes actualmente son considerados empleados administrativos. Unos 26 legisladores se pronunciaron en contra (UP, FIT, Confianza Pública), mientras que hubo 7 abstenciones esencia, reunidas en torno al radicalismo.
El senador del PRO, Claudio Romero, afirmó que el plan del oficialismo plantea “mejoras” ya que “defiende la jerarquización de la dispensario en su conjunto” al suscitar “un régimen propio como tienen los médicos profesionales y los policías”. “Este estatuto no solo prosperidad las condiciones laborales y salariales, sino que otorga a todo el conjunto de la dispensario un progreso a tener un estatuto propio”, destacó.
“Creo que es un acto de imparcialidad para quienes desempeñan este rol tan esencial en el sistema de sanidad”, dijo y afirmó que se estará cumpliendo con la “equidad” en la profesión porque hoy conviven en el mismo sistema, con distintos tipos de capacitación original, tres subgrupos: auxiliares, técnicos y licenciados. “Con un situación normativo único, entendemos que, con los mismos derechos, reglas y mejora, evitamos que frente a una misma tarea haya regímenes disimiles y tratos distintos”.
Al desgranar el juicio de mayoría, Romero mencionó la aniquilación de desempeño como evaluación para la promoción de valor, legado que dependerá de la capacidad de cada profesional, siendo solo un sumario el que podría hacer perder la estabilidad del trabajador. Por otra parte, afirmó que se mejorará la propuesta salarial y que los concursos para cargos serán “abiertos y públicos”.
Tiempo porteña: el oficialismo avanzó con el plan propio, pese al anuncio de los enfermeros
Internamente del perímetro, las enfermeras y enfermeros que acudieron a la sesión en representación del colectivo de trabajadores, respondieron a la propuesta del oficialismo con un resonante cántico desde los balcones: “Inclusión, inclusión, inclusión”, en insinuación a que se vote el ingreso a la ley 6.035 como ocurre con médicos, odontólogos, farmacéuticos, bioquímicos, y otras 20 carreras profesionales.
“Esta ley es producto del consenso”, defendió Escuadra Kienast, legisladora del Frente Espléndido Republicano. “Se reconoció la condición de profesionales de la sanidad, se reduce la cantidad de primaveras para ascender y se reduce la cantidad de primaveras exigidos en el interior de cada tramo”, sintetizó.
Maia Daier, diputada de Unión por la País, adelantó el voto pesimista del coalición y defendió el juicio de minoría firmado por el peronismo, la izquierda y Confianza Pública. “Voy a superar el voto pesimista de mi coalición”, dijo respecto a la discusión sobre el plan oficialista. “Creemos que es insuficiente” porque al no incorporarlos a la ley 6035 “los aparta de la carrera profesional” y los separa “en equipo médico de primera y de segunda”. “No los podemos discriminar. Tiene que ser un solo sistema de sanidad, el equipo de sanidad es único”, dijo.
“Es una pelea histórica de los enfermeros y enfermeras en la Ciudad que ha transitado por muchas instancias y que han sufrido en carne propia la represión en la puerta de la Tiempo. Desde el momento en que se formuló la 6035 tiene un hábitat de injusticia muy extenso que fue la no inclusión del comunidad”, recordó Berenice Iañez de UP, y pidió a los demás legisladores que acompañen el juicio de minoría, que finalmente no se trató, el cual contaba con el seguimiento de los trabajadores de sanidad.
A su turno, Cele Fierro, del MST en el Frente de Izquierda, remarcó que “hace seis primaveras que esta Tiempo votó en contra de la dispensario” y “hoy estamos acá porque ellos dieron esta lucha para que de una vez por todas sean reconocidos por lo que son: profesionales”. “Este plan mantiene la discriminación”, apuntó sobre el juicio del oficialismo.
Se estima que en el sistema conocido particular hay un total de 11 mil enfermeros: seis mil egresados de tecnicaturas y cinco mil graduados de licenciaturas. Desde 2018 rige la ley 6.035, sancionada durante la papeleo de Horacio Rodríguez Larreta, que reformó el sistema de sanidad y abrió una hendidura gremial: se los excluyó del relación de las 24 profesiones de sanidad que integran médicos, bioquímicos, farmacéuticos, odontólogos, entre otros y pasó a considerarlos como empleados administrativos.
El cambio golpeó a los trabajadores tanto en el cálculo salarial como en las horas de trabajo. Desde entonces, las gremiales iniciaron una pelea que ya lleva seis primaveras para que perciban beneficios similares a los que recibe un médico y, por lo tanto, se los incluya en la carrera profesional. La Razón respaldó en distintas instancias las presentaciones, pero el gobierno porteño apeló en cada una de las instancias.
Mercedes Trimarchi, representante de Izquierda Socialista en el FIT, consideró que los cambios implementados en aquel entonces no solo constituyeron “una discriminación sino un robo salarial” porque implicó que perdieran la fracción de sus ingresos, en proporción a lo que hubieran percibido si se los ingresaba al relación de carrera profesional.
Trimarchi aprovechó para mencionar la movilización de enfermeros y enfermeras presente en las alloz del Palacio Constituyente, en el contexto de un paro para exigir que se decida la inclusión a la ley 6035. “Están esperando que en el día de hoy se termine con tanta injusticia”, señaló y aclaró que si se avanza en el inspección “va a hacer que más trabajadores estudien la carrera, mejorando el sistema en su conjunto”.
“No voy a evitar los subterfugios. Se han dicho mentiras hoy acá. El plan del oficialismo viene a sostener la discriminación de los enfermeros y enfermeras y a sostener una política de superexplotación salarial y gremial. Es eso. No es otra cosa”, añadió Gabriel Solano, del Partido Trabajador en el FIT. Y le propuso al ministro de Sanidad, Fernán Quirós, sufrir los dos proyectos a los hospitales y poner una sarcófago: “Adivinen cuál ganaría. No hay la pequeño duda”.
Luego disparó mención pesada contra los legisladores que “negociaron” su voto para escoltar al oficialismo: “No estoy dispuesto a entender al que me dijo que si no vota lo que quiere Jorge Macri lo echan de su cargo. Echate y búscate un trabajo honesto. Andá a laburar”. Y denunció un acuerdo a cambio del tratamiento de otro plan sobre apuestas online: “¿Vamos a determinar que la política de sanidad se rija por determinado que tiene un bingo?”.
Previo a la votación, la legisladora de Confianza Pública, Graciela Ocaña, destacó que se está abordando un tema “muy importante” y “sensible” para la Ciudad. “La dispensario es un memorial crítico en Argentina y en el mundo. No puede hablarse de sanidad sin los enfermeros. Esta ley indagación jerarquizarlos”, resaltó sobre el juicio de minoría y reclamó la inclusión en la ley 6035.
El juicio del peronismo, el FIT y Confianza Pública contaba con el respaldo de los enfermeros, legado que preveía subsanar un anuncio del sector mediante su incorporación a la ley 6.035. En sus fundamentos, señalaba: «La incorporación de la Carrera en Botiquín al régimen de la Ley 6.035 significará confesar la subordinación justo, gremial y salarial que corresponde a los profesionales de la dispensario en condiciones de igualdad con el resto de los profesionales del Sistema de Sanidad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires».
Su inclusión en el nuevo situación tenía por objetivo dominar la marcha gremial para evitar las cargas extenuantes y equipararlas con las de los profesionales de la sanidad, encima de una prosperidad salarial y el comunicación a capacitaciones que suponen seis horas semanales, poco que les permitiría mejorar el nivel profesional y, correlativamente, contribuiría al bienestar del personal. Desde las bancadas opositoras aseguran que la aprobación del plan puede derivar en una judicialización.
