Alemania activó este miércoles un plan de emergencia para administrar los suministros de gas que podría llevar a un racionamiento en los próximos meses. La economía más grande de Europa se prepara para una posible interrupción de las entregas de gas desde Rusia, ya que el país gobernado por Vladimir Putin exige pagos en rublos como respuesta a las sanciones de Occidente por la guerra con Ucrania.
El ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, activó la «fase de alerta temprana» de un plan de emergencia de gas ya existente, por el cual un equipo de crisis del ministerio de economía, el regulador y el sector privado monitorearán las importaciones y el almacenamiento.
Si los suministros de gas son insuficientes para abarcar la demanda de todo el país, el regulador de la red de Alemania puede racionar los suministros de gas. La industria sería el primer sector en sufrir recortes: ciertas partes quedarían desconectadas de la red de suministro. En tanto, se le daría trato preferencial a los hogares de los ciudadanos, hospitales y otras instituciones críticas, al menos en un principio.
Los suministros de gas de Alemania están protegidos por ahora, afirmó Habeck, pero instó a los consumidores y las empresas a reducir el consumo. «Cada kilovatio hora cuenta. Debemos aumentar las medidas de precaución para estar preparados para una escalada por parte de Rusia», remarcó.
Rusia es el principal proveedor de gas de Alemania y representa el 40 % de las importaciones en el primer trimestre de 2022. Berlín comprometió a poner fin a su dependencia energética de Moscú, pero no logrará la independencia total antes de mediados de 2024, según Habeck.
Gas ruso en Europa
Europa depende en buena parte del gas ruso: cubre un tercio de la demanda energética anual en todo el continente. Los países evalúan opciones ante la insistencia de Moscú para que le paguen en rublos. Grecia convocó una reunión de emergencia de proveedores, el gobierno holandés dijo que instaría a los consumidores a usar menos gas y el regulador de energía francés pidió a los consumidores no entrar en pánico.
La medida inédita de Berlín es la señal más contundente hasta el momento de que la Unión Europea se está preparando para que Moscú corte el suministro de gas a la región a menos que reciba el pago en rublos. Italia y Letonia ya activaron alertas.
La UE fijó como objetivo llenar los sitios de almacenamiento de gas al 80% de su capacidad para principios de noviembre y así asegurar el suministro de cara al invierno, un nivel que Alemania no logró el año pasado. Llegar a ese nivel de acumulación de gas para esa época no será posible si Rusia frena el suministro por completo.
Alemania y el riesgo de falta de gas
Las instalaciones de almacenamiento de gas de Alemania están llenas actualmente en un 26,5%, después de alcanzar un mínimo de cuatro años del 24,6% a principios de este mes, según Gas Infrastructure Europe.
La semana pasada, Alemania dio a conocer objetivos para reducir rápidamente su dependencia de la energía rusa, y se comprometió a abandonar el gas del país para mediados de 2024 y volverse «prácticamente independiente» de su petróleo para fines de este año.
Incluso sin la amenaza de escasez de gas, Alemania corre el riesgo de una recesión, ya que la explosión de los costos de la energía ha afectado a la industria, obligando a algunos productores de acero a reducir la producción. El consejo de asesores económicos del gobierno redujo el miércoles a más de la mitad su pronóstico de crecimiento para este año al 1,8%.
La mitad de los 41,5 millones de hogares de Alemania se calientan con gas natural, mientras que la industria representó un tercio de los 100.000 millones de metros cúbicos de demanda nacional en 2021.
Europa se enfrentaba a una crisis energética incluso antes de que Rusia invadiera Ucrania, con niveles de almacenamiento de gas en la UE ahora de alrededor del 26 % de la capacidad total, por debajo de los niveles normales en esta época del año.
Los planes de Rusia
Funcionarios rusos dijeron el martes que Moscú no «suministraría gas gratis» a Europa, un día después de que los países del G7 rechazaran por unanimidad la directiva del presidente Vladimir Putin que exige pagos en rublos.
El Kremlin señaló el miércoles que podría ampliar la demanda de pagos en rublos a otras materias primas, como petróleo, cereales, fertilizantes, carbón y metales, aumentando la amenaza de recesión en Estados Unidos y Europa, donde la inflación ya se está disparando.
El proveedor estatal de gas de Rusia, Gazprom, y el banco central del país deben informar el jueves a Putin sobre un mecanismo para implementar el cambio de la moneda de pago del gas a rublos. Cuando se le preguntó si las nuevas reglas para los pagos de gas ruso entrarán en vigencia el jueves, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, respondió: «No, absolutamente no».
“Después de todo, como lo hemos discutido, los pagos y las entregas son un proceso que abarca un cierto período de tiempo”, dijo, según la agencia de noticias rusa Interfax. “No es como si se entregara mañana y se debe pagar [inmediatamente en rublos]”.
Pero en una señal de que Rusia no retrocede, Peskov dijo que el país debería considerar vender una gama más amplia de exportaciones en rublos, como cereales, fertilizantes, metales, madera y petróleo. “Seguro que esta idea debe ser estudiada en profundidad. Hay muchos países que están mostrando interés en acuerdos mutuos en monedas nacionales”, sostuvo.