Aunque en principio fue sólo el portador del teléfono celular de Anahí Benítez, la adolescente que estuvo una semana desaparecida y fue hallada muerta y enterrada el 4 de agosto en la Reserva de Santa Catalina, en Lomas de Zamora, ahora Marcelo Villalba es el principal imputado de la causa luego de que el cotejo genético confirmara que su ADN fue encontrado en el cuerpo de la víctima.
El hombre está acusado por “privación ilegal de la libertad, abuso sexual agravado y homicidio agravado” y el viernes, tras el cambio de carátula (antes estaba acusado de “encubrimiento”) se negó a declarar ante las fiscales.
“Yo estuve con una persona«, fue lo único que testificó y pidió una nueva audiencia para ampliar sus declaración con la presencia de su defensor oficial.
Lo cierto es que el hombre, que residía en Oliden al 1200, tenía antecedentes por robo, hurto, lesiones y abuso sexual. Por el último delito aún tiene una causa abierta por Katia Documet Silva, una mujer que lo denunció por abuso sexual callejero el 20 abril, esto es a tan sólo tres meses del crimen de la adolescente de Llavallol.
El antecedente
Este fin de semana, la mujer hizo público lo ocurrido en una nota en la que advierte que “Anahí estaría viva si la Justicia hubiese reaccionado adecuadamente ante el aviso” que ella hizo en aquella oportunidad.
El hecho ocurrió ese 20 de abril a las 12.30 del mediodía en la calle Carlos Pellegrini al 1200, a pocos metros de la esquina con Juncal, en dirección a Arenales, Capital Federal. “Se me acercó un individuo que, con una manifiesta intención lasciva, puso fuertemente su mano derecha en mi cola. Reaccioné pidiendo ayuda y defendiéndome como pude a carterazos. El agresor no había notado que había personal policial en el lugar, que observó todos los hechos y reaccionó inmediatamente”, relata la mujer.
Cuenta que rápidamente formalizó la denuncia en la Comisaría 15ª, dejando expresa constancia de que instaba a la acción penal. “Luego me constituí en parte querellante en el proceso que se le sigue al agresor por Abuso Sexual”, señala.
Además, advierte que si bien en la comisaría la atendieron como corresponde, en el Juzgado no recibió “consideración por la cuestión de género”. “Me hicieron sentir que los estaba molestando por una pavada. Ninguna consideración por la cuestión de género. Me cruzaron tres veces con el agresor (a pesar de haber pedido expresamente no cruzármelo) que hasta se fue en libertad antes que yo terminara de hacer los trámites y pasó por al lado mío con una sonrisa altanera”, relata la mujer.
Y asegura que hizo la correspondiente advertencia a la fiscal y el juez: “Una persona que no lograba contener la pulsión en la esquina de Juncal y Carlos Pellegrini, a las 12 del mediodía, delante de todo el mundo, contra una mujer grande ¿qué haría con una niña si se la encuentra sola y de noche? La viola y la mata! Bueno, resulta que Marcelo Sergio Villalba, el mismo que estoy querellando por Abuso Sexual por esta agresión que les relato, está ahora comprometido, tres meses después, por pruebas que lo vinculan con la violación y homicidio de Anahí Benítez”.