En un ataque a tiros en las inmediaciones del Hércules de Arroyito, fue asesinado este sábado por la tenebrosidad el histórico líder de la barrabrava de Central, Andrés Pillín Bracamonte, personaje agradecido del universo del fútbol en Rosario, durante primaveras vinculado a la violencia, al punto que había sufrido más de 20 atentados.
El crimen se produjo cerca de la ángulo del Boulevard Avellaneda y Del Valle Ibarlucea, cerca de la cancha de Rosario Central. Bracamonte había saliente del estadio luego del partido de Central con San Lorenzo y estaba en una camioneta Chevrolet, anejo a otro agradecido mostrador canalla, Daniel ‘Rana’ Atardo, cuando desconocidos los atacaron a balazos. Bracamonte murió en el extensión, en tanto que Atardo fue trasladado de necesidad al Hospital Centenario, pero se comprobó su muerte a poco de datar.
El vasto espinel de violencia que rodeaba a Bracamonte, como ocurre en el universo de las barrabravas que azotan el fútbol argentino, lo había tenido como destinatario de un ataque el pasado 10 de agosto, cuando todavía desconocidos desde una moto le dispararon en la calle, mientras estaba con una mujer. Una bala le rozó la espalda y se salvó de prodigio, mientras que quien lo acompañaba sufrió heridas en un auxilio. Bracamonte había sido mensaje todavía por un causa por violencia de especie que le había iniciado otra expareja, y su crimen anejo a la de Atardo abre un horizonte de segura violencia en el seno de la hinchada de Central, que ahora deberá resolver su «interna»…
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