Es que en las últimas horas la Justicia logró obtener tomas de los rostros de las nueve personas que perpetraron el ataque a Clarín y la pesquisa tomó un nuevo impulso.
Desde que ocurrió el episodio, los registros fílmicos tomados por las cámaras de seguridad del edificio ubicado en la calle Piedras y aquellos aportados por el Gobierno de la Ciudad permitieron conocer de entrada cómo fue el ataque ocurrido en la noche del lunes.
Esas imágenes en las que se ve a nueve personas encapuchadas fueron las primeras pruebas que recibió el juez federal Luis Rodríguez y hasta ahora las más importantes que se incorporaron al expediente. Es que en las últimas horas se logró analizar con mayor nivel de detalle cada fotograma y los expertos lograron dar con las caras de los atacantes.
En paralelo, avanzan los trabajos para dar con la identificación de la huella dactilar que se logró recoger en una de las botellas usada como bomba casera. Por ello las próximas horas serán claves mientras se cotejan los rostros. El objetivo central: conocer quiénes fueron los autores del ataque y por qué lo hicieron.
Los rostros obtenidos gracias a las cámaras
Como se mencionó antes, las fuentes consultadas confirmaron que el juez Rodríguez ya vio las imágenes de los rostros de los autores del hecho. A propósito de ello, en principio se pudo obtener como dato de interés que de las nueve personas involucradas, tres serían mujeres.
«Se está trabajando a todo ritmo y hay buenas imágenes de los rostros», apuntó otra persona con acceso a la investigación. En esa línea, explicaron que el material de análisis parte de las cámaras del edificio de Clarín, que permitieron conocer de donde llegaron, cómo atacaron, cuantas personas eran y a donde fueron luego de arrojar las molotov.
En un segundo paso se analizaron las cámaras de seguridad de la Ciudad, de las que se logró obtener el minuto a minuto previo, desde la llegada al Parque Lezama, a tres cuadras del lugar. «De esas buenas imágenes se pudo dar con los rostros a partir de que captaron un momento en el que (los atacantes) no tenían tapaboca«, apuntaron.
En total, ya se analizó el material de más de 400 cámaras. De ahí se seleccionaron fragmentos a partir de los que se obtuvieron las capturas de los rostros que ahora están bajo el análisis de expertos que buscarán cotejarlas con otros registros del Estado. Desde el Grupo Clarín expresaron a PERFIL su satisfacción por el trabajo que lleva adelante el magistrado.
La pista de la banda anarquista
Desde que inició la investigación, en Comodoro Py se consideraron «todas las hipótesis». Incluso, de acuerdo a lo que habían indicado personas allegadas a la investigación a este medio, no se descartaba un posible vínculo entre el atentado y el caso del asesinato de Lucas González por parte de la Policía de la Ciudad, con un artículo periodístico como nexo.
Sin embargo, la obtención de las caras de los atacantes alimentó la teoría de que podría tratarse de una banda de anarquistas. Al menos así lo informaron esta mañana desde Clarín: «Por el recorrido que hicieron, creen que se trata de un grupo de anarquistas que suele moverse por la zona de Constitución y Barracas«.
Por el momento, el expediente se analiza bajo la figura de intimidación pública y el juez trabaja con el fiscal federal Gerardo Pollicita. La investigación, además, cuenta con el apoyo de la Unidad de Investigación Antiterrorista de la Policía Federal y hasta una delegación local del FBI norteamericano abocada a trabajar sobre las huellas dactilares de la botella secuestrada.
La información obtenida, podría traducirse este mismo jueves en nuevos requerimientos del juez apuntados a avanzar sobre la hipótesis del grupo anarquista, aunque sostienen que todavía no se descarta ninguna posibilidad.
El episodio cosechó el repudio de todo el arco político: desde el gobierno, el presidente Alberto Fernández y la vice Cristina Fernández de Kirchner se expresaron en ese sentido. En la oposición, desde el ex mandatario Mauricio Macri hasta otros dirigentes del PRO y el radicalismo y la Coalición Cívica. También rechazaron el episodio varias entidades de empresas periodísticas y el Sindicato de Prensa porteño Sipreba.
