Los investigadores y becarios se plegaron a la Jornada Nacional «Ciencia sí, Macri no», bajo la consigna «Los científicos no queremos volver a lavar los platos».
El epicentro de la jornada fue en Plaza Constitución, de Buenos Aires, con una radio abierta de la que participaron distintas voces para argumentar este inédito posicionamiento de la comunidad científica. Además, la manifestación se replicó en Córdoba, Río Cuarto, Salta , Bahía Blanca, La Plata, Lomas de Zamora, Avellaneda, Mendoza, Mar del Plata, Moreno, y la Universidad de Tres de Febrero.
Se trata de un colectivo de profesionales de la producción de ciencia que se organizaron para lanzar una movilización de apoyo explícito a la fórmula presidencial de Daniel Scioli y Carlos Zannini, y rechazo «al proyecto de país neoliberal que intenta retornar al poder».
El objetivo es «reafirmar el modelo de ciencia y tecnología, su financiamiento y desarrollo que desde 2003 se viene evidenciando en el país y de apoyar a quienes representan su continuidad en el ballottagge del 22 de noviembre», detallaron.
El colectivo elaboró un documento con el cual expresan sentirse «interpelados a defender un modelo de país en donde la generación de conocimiento es una piedra angular de su proceso de desarrollo, porque entendemos que la creación sustentable de valor agregado y empleo productivo requiere críticamente de educación, innovación y transferencia».
Los argumentos que sustentan el pronunciamiento destacan «la creación de 15 nuevas universidades nacionales en menos de una década, las cuales albergaron a cerca de 500.000 nuevos estudiantes (en su gran mayoría, primera generación de universitarios), gracias a un incremento del Presupuesto Nacional Universitario de 1900 millones de pesos en 2002 a más de 40.000 millones de pesos en la actualidad, y que deparó más de 50.000 becas para alumnos, y docentes y no docentes que consiguieron por primera vez la sanción de convenios colectivos de trabajo».
Enfrente, citaron que el gobierno de Mauricio Macri en Ciudad de Buenos Aires «nunca destinó más de una centésima parte que lo que la ley 2511, de su propia Legislatura, establece, que se asigne nunca menos del 1 por ciento del presupuesto total a la promoción de la ciencia».
