El Poder Ejecutivo salió a respaldar la jugada política del oficialismo en el Senado de la Nación para dividirse formalmente y alcanzar la banca del Consejo de la Magistratura (CdM) destinada a la segunda minoría en ese cuerpo. La movida “está dentro de los parámetros legales”, puntualizó el jefe de Gabinete, Juan Manzur.
“La decisión que tomó nuestro bloque en el Senado está dentro de los parámetros legales en los cuales está permitido este tipo de accionar”, definió el jefe de los ministros al llegar esta mañana a Casa de Gobierno.
La declaración de Manzur fue también una respuesta a las advertencias de Juntos por el Cambio de judicializar esa jugada política que lo dejaría sin un asiento en el órgano que controla y designa jueces y sobre el cual el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, dio un golpe de timón al quedarse con la presidencia de ese cuerpo en connivencia con el macrismo.
El jefe de Gabinete dejó claro que el enroque del Frente de Todos que sacudió el tablero en el CdM “tiene que ver con una decisión del máximo tribunal de la Justicia de proponer y avanzar en un fallo en el cual no estamos de acuerdo”.
A lo que se refirió el funcionario fue al fallo de la Corte de declarar la inconstitucionalidad de la ley sancionada hace 16 años que establecía cómo debía ser composición del Consejo. De esta manera, la avanzada encabezada por Rosatti permitía a la oposición macrista a quedarse con una banca más en ese cuerpo, reservada para la segunda minoría en el Senado.
Cómo será el nuevo interbloque del oficialismo en el Senado
Frente a esta posibilidad, la estrategia política del Frente de Todos activada en las últimas horas de ayer en la Cámara alta fue dividirse y transformarse en un interbloque con dos espacios, uno integrado por 21 senadores y otro con 14 miembros, de modo tal de convertirse en primera y segunda minoría, respectivamente.
Así, el interbloque estará conformado por el bloque Frente Nacional y Popular, encabezado por el senador por Formosa José Mayans, y por el bloque Unidad Ciudadana, al frente de Juliana Di Tullio.
El anuncio de este movimiento fue leído por algunos como la formalización de una ruptura del oficialismo, en medio de los vaivenes entre el kirchnerismo y el sector que responde a Alberto Fernández.
Manzur descartó de plano que esto fuera así: “Vamos a trabajar permanentemente por la unidad de nuestro espacio político y a seguir trabajando todos los días para que las soluciones les lleguen a todos los argentinos”.
Parrilli contra «la lógica de la oposición de oponerse a todo»
Quien también salió a respaldar la división de bloques fue el senador Oscar Parrilli, al sostener que esa jugada «responde a la necesidad de mostrar una realidad» y no a la intención de ocupar el lugar de Juntos por el Cambio en el Consejo de la Magistratura. La oposición «intenta ver en los demás las acciones que ellos llevan adelante», lanzó el legislador.
Consultado por las críticas de la oposición, Parrili recordó que en el frente Cambiemos «son cuatro o cinco bloques y actúan siempre juntos». Por lo tanto, concluyó que la lógica de la coalición opositora «es oponerse a todo». «No saben otra cosa más que decir ‘no’ a todo y cuando gobiernan espiar a todo el mundo», atacó.
Además, Parrilli consideró que con la llegada Rosatti a la presidencia del CdM se produjo «un golpe de Estado institucional» perpetrado por parte de dos jueces «nombrados a dedo por Macri». Y destacó que nunca se vio un caso de tal «gravedad institucional» en democracia.
«Como en su momento tuvimos una Corte menemista, ahora tenemos una Corte macrista», apuntó el dirigente peronista. De esta manera, el poder Judicial se muestra «al servicio de los intereses políticos y económicos de Macri, para defenderlo de las miles de denuncias que tiene», resumió.