El Banco Central (BCRA) salió a marcar la cancha desde temprano. Apenas comenzó a operar la plaza cambiaria local cargó en el sistema nuevas órdenes de venta de dólares a un precio de $ 20,26 para recordarle a los operadores «otra vez el límite superior de la banda de fluctuación definida para hoy en el mercado mayorista», según explicó el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios.
Se trata del mismo precio al que vendió ayer US$ 214 millones de las reservas para fijarlo como máximo tolerable, en una jornada en que había validado una devaluación del 0,2% del peso que intentaba moverse en línea con el resto de las monedas de la región cediendo posiciones frente a un dólar globalmente revitalizado a partir de la suba de tasas en Estados Unidos.
Al parecer hoy no tendrá la «flexibilidad» de ayer. «Está claro que la máxima prioridad será bajar la inflación y para ello debemos esperar un dólar que no suba«, interpreta el economista Hernán Del Vilar, de la consultora Alpha, al evaluar esta reacción oficial y sus implicancias.
Alude a la opción que tomó el Gobierno desde comienzos de marzo de anclar el tipo de cambio para apagar uno de los motores que había tenido en los últimos meses la inflación tras comprobar tristemente que el traslado a precios internos del ajuste del 16% promedio que tuvo el dólar entre diciembre y febrero, contrariamente a la ilusión del BCRA, fue importante.
La pelea contra la tendencia del mercado puede que se le vuelva nuevamente más costosa al ente monetario. Ocurre que, tras ignorarlas por algunos días, el mercado mundial de monedas tomó en cuenta en las últimas 72 horas la tendencia alcista que desde hace 2 semanas muestran los rendimientos de los bonos de deuda de Estados Unidos y pasó a ajustar en consecuencia.
Eso dejó ayer una apreciación del 0,7% promedio del dólar frente a divisas semejantes y del 1 al 2% frente a monedas emergentes, a excepción del peso argentino que estuvo sostenido por la intervención oficial.
La escena amaga repetirse hoy, dado que el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años llegó al 3% esta mañana por primera vez en más de cuatro años, ya que los inversores reducían sus tenencias de deuda por los temores sobre una inflación que se está acelerando en Estados Unidos y podría obligar a la Reserva Federal a revisar su plan monetario. A su vez, el retorno del papel a dos años avanzó a 2,50% por primera vez desde septiembre de 2008, lo que habla a las claras de un mercado que pasó a estar dominado por la incertidumbre.
Fuente: La Nación