El mercado respondió con un optimismo moderado al mensaje que Javier Milei remisión al sector financiero. La firmeza con la que sostiene el áncora fiscal, tranquiliza a los acreedores pero lo cierto es que no termina de convencer a los financistas. En la City persisten las dudas sobre la viabilidad del plan en la que observan profundas inconsistencias.
El aventura país perforó los 1.400 puntos básicos, cedió 2,9%, a 1.359 unidades, el nivel más bajo en tres meses y medio. No obstante sigue siendo una calificación prohibitiva para ingresar a los mercados internacionales de crédito.
Lo que preocupa en el mercado es que el gobierno no dió ninguna señal sobre condonar el cepo. Lo que se prevé en el plan de presupuesto es que el tipo de cambio oficial se ubique en $1207 en diciembre del año próximo, lo que implica una tasa promedio mensual del 1.4%.
«Nuestro escena cojín supone un dólar incluso por encima de $1500, pues el gobierno aplicaría una corrección cambiaria para no arriesgarse a quedarse sin dólares antaño de las elecciones legislativas», afirmó a LPO el economista Martin Rapetti director de la consultora Equilibra.
Según el gobierno el año que viene la Argentina crecerá 5%, con un 18% de inflación anual
Rapetti oberva lo mismo que el FMI. El organismo tiene una prescripción propia y excluyente para aplicar en los países con crisis en la peso de cuota: devaluación, estandarización y flotación administrada del tipo de cambio. Lo que choca de bruces con la organización de crawling peg con la que insiste el gobierno. «La señal que se envía es la continuidad de una tasa de devaluación fija que se reduce progresivamente para cerrar el 2025 en torno al 0.6% mensual», indicó Martin Kalos director de Epyca Consultores.
Respecto a la carga de los servicios de deuda, en el texto del plan de ley del Presupuesto 2025 menciona curiosamente que «se trabajará para que los flujos financieros con los organismos internacionales resulten nuevamente positivos». En este sentido enfatiza la importancia de profundizar los vínculos con instituciones financieras internacionales.
Otro de los debates fuertes que desató el plan se dió en torno a la proyección sobre las exportaciones. Anticipa un crecimiento exponencial de USD 10.000 millones. Esto representa un crecimiento del 9% para pasar los USD 104.000 millones. En tanto las importaciones escalarían 13.4% sumando USD 83.200 millones. Así el superavit comercial esperado resulta inferior al del año en curso estimado en USD 21.900 millones.