En lo que fue la primera sesión presencial desde el inicio de la pandemia, la mayoría oficialista del Senado rechazó la cuenta de inversión de 2016, que es la ejecución del presupuesto supervisada por la Auditoría General de la Nación.
Ese organismo, que preside la oposición de turno pero tiene en directorio proporcional al reparto de bancas en el Congreso, avaló la cuenta del primer año de Mauricio Macri pero la palabra final la tiene el Congreso.
El primer paso es una bicameral mixta revisora de cuentas y luego la decisión de las Cámaras que empezó este miércoles con el Senado. En ambos casos el Frente de Todos votó en contra y si bien Diputados debe completar el trámite, Macri ya se convirtió en el primer presidente de la democracia sin una ejecución presupuestaria aprobada por ambos recintos del Congreso.
No tiene una consecuencia inmediata pero, llegado el caso, el ex presidente no podrá justificar ante la justicia un gasto que sea denunciado por una pregunta irregularidad como hicieron todos sus antecesores. Claro que eso no significó que más de uno tuviera igual que visitar seguido Tribunales.
Los senadores del Frente de Todos justificaron el rechazo en que el entonces presidente modificó el presupuesto aprobado por el Congreso en 2015 con 1390 medidas administrativas, entre Decretos y resoluciones. Además, se registró un aumento de casi el 50% de la deuda pública respecto a la pauta financiera.
«No se puede variar la deuda sin autorización del Congreso. No se puede variar los servicios económicos. No se puede variar el plan de inversión nacional. No lo pueden hacer, porque eso termina con la república y lo convierte en un gobierno de facto. Para Macri el congreso no existía»
cerró el debate José Mayans, el jefe del oficialismo.
«Macri y su gabinete tiene que explicar a la justicia porque no cumplieron con la ley de presupuesto y el plan de endeudamiento. No se hace lo que quiere cuando se llega a la Nación. Y el que evada la ley, tiene que ir a la justicia», exigió.
Apuntaron a Macri y a Marcos Peña, que era jefe de gabinete y firmaba las variaciones presupuestarias.
Lo curioso es que la cuenta de inversión de 2016 si fue aprobada por la AGN, mientras que la de los años siguientes no. Y el oficialismo actual está decidido a rechazar todas.
«El entonces auditor Jesús Rodríguez justificó la aprobación de 2016 en que el nuevo presidente tenía otro plan de gobierno. ¡Pero no puede ignorar el presupuesto de la Nación!», se indignó el chubutense Mario País, que ofició de miembro informante de la fuerza mayoritaria.
«Esta cuenta de inversión tiene que ser rechazada por el Congreso no sólo porque violentaron todas las normas contables y administrativas, sino tambien porque se llevaron puesta la Constitución, eso hizo el gobierno del ex presidente Macri», aportó Oscar Parrilli.
En Cambiemos recordaron que las modificaciones del presupuesto por decreto son moneda corriente y por lo tanto no se puede culpar sólo a Macri.
«Kirchner firmó 237 DNU, Macri 81 y en 2016 se reformó el 26 por ciento del presupuesto. Mientas que el actual presidente lo que hizo es facultar al Poder Ejecutivo para modificarlo siempre», contestó la radical Silvia Elías de Pérez.
Le respondió Martín Doñate, del Frente de Todos. «Se modificó el 41 por ciento de las previsiones efectuadas en el presupuesto que este Congreso aprobó para que en el 2016 el presidente elegido por el pueblo tenga las herramientas suficientes y necesarias para llevar adelante el inicio de la administración. Nunca envió al Congreso una modificación de ese presupuesto. Y los DNU que firmó nunca fueron aprobados», destacó.
Le respondió Laura Rodríguez Machado, del PRO. «Alberto Fernández gobierna con DNU, a pesar que cuenta con mayoría en ambas cámaras para que le aprueben cualquier cosa. Nos señala con el dedo, nos encierra a todos los argentinos, pero él no los cumple. Eso sí que es ilegal».
«Macri no tiene fueros. No tenemos miedo. Si ustedes no tuvieran miedo, Cristina Kirchner renunciaría a sus fueros, pero se protege con ellos de las denuncias en su contra», increpó a la vice, molesta por las alusiones de Parrilli al refugio de Macri en Miami.
El rionegrino Alberto Weretilneck aprovechó para saltar la grieta y se abstuvo. «Estamos viviendo un hecho inédito porque ni siquiera en las crisis económicas, donde se alteraron y no se cumplieron los presupuestos, se rechazaron las cuentas de inversión. No digo que esté mal o que esté bien, es algo novedoso en la política argentina». La cuenta de inversión fue rechazada con los 40 votos del Frente de Todos y el rechazo de 19 de Cambiemos.
