Después de cuatro años de duras políticas de ajuste y de escándalos de corrupción, los conservadores del PP del presidente Mariano Rajoy, se imponían en las elecciones generales de España, pese a sufrir un hundimiento electoral al pasar de 186 diputados a 122, con el 28,69 por ciento de los votos, escrutados el 92 por ciento de los sufragios.
Rajoy obtiene así un triunfo amargo, puesto que no tiene garantizada o más bien tiene muy difícil la reelección, ya que deberá buscar pactos con otros partidos tanto para su investidura como para gobernar.
En un parlamento de 350 diputados, con una mayoría absoluta situada en 176 escaños, el PP tiene que sumar al menos el apoyo de tres fuerzas, si se descarta una "gran coalición" con los socialistas al estilo alemán, que el Jefe del Ejecutivo rechazó al final de la campaña.
El PSOE, partido que desde 1982 se turnó en el poder con el PP, logró la segunda posición, con 91 escaños, y el 22,15 por ciento de los votos, su peor resultado histórico.
El candidato Pedro Sánchez, quien se propuso renovar el socialismo, ni siquiera consiguió los 110 diputados que logró su predecesor Alfredo Pérez Rubalcaba.
También quedó muy lejos del objetivo de recuperar el poder perdido cuando el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero decepcionó a sus votantes imprimiendo un giro a su política económica aprobando en 2010 un ajuste que allanó el camino de Rajoy a La Moncloa.
No obstante, esta segunda posición le permite al PSOE mantenerse como líder de la oposición, con lo que podría buscar una alternativa al PP en caso de que Rajoy no logre apoyes suficientes para su investidura.
El partido anti austeridad Podemos, liderado por Pablo Iglesias, logró un gran tercer puesto en sus primeras elecciones al parlamento español, con 69 diputados al lograr un 18,9 por ciento de los sufragios, sumados los votos también de En Común Podem y Compromis-Podem- És el moment, sus marcas electorales en Cataluña y Valencia, y en Marea.
En cuarta posición quedó la otra otra fuerza emergente, Ciudadanos, de Albert Rivera, que entra al Congreso español con 40 diputados, con el 13,8% de los votos.
Con el mapa electoral que arrojan estos resultados ni el PP junto con Ciudadanos, un posible aliado liberal, ni el PSOE con Podemos suman suficientes bancas como para alcanzar la mayoría absoluta en el Congreso, situada en los 176 escaños.
El hecho de que las dos nuevas fuerzas se hayan distanciado al máximo de la "vieja política" que representa el bipartidismo del PP y el Partido Socialista (PSOE), augura unas negociaciones muy complejas.
Además, España tiene poca tradición en este tipo de pactos y los gobiernos de minoría han sido una excepción. Cuando tuvieron lugar, en 1993 con el socialista Felipe González y en 1996 con el conservador José María Aznar, fue gracias a un acuerdo con nacionalistas vascos y catalanes, algo que ahora es prácticamente imposible debido al conflicto secesionista de Cataluña.
"Hoy ha nacido una nueva España". "Se acabó el sistema del turno en España", aseguró el líder de Podemos, Pablo Iglesias, el primero en comparecer ante la prensa para valorar los resultados electorales.
Iglesias destacó que los resultados de Podemos ponen de manifiesto la "necesidad de un acuerdo territorial". "Somos la única fuerza estatal capaz de liderar un nuevo acuerdo constitucional que represente la diversidad del país", subrayó Iglesias, recordando que Podemos promueve un referéndum vinculante para Cataluña.
El líder de Podemos destacó que su formación es la primera fuerza política en votos en Cataluña y en País Vasco y la segunda en Madrid y Comunidad Valenciana.
"El Partido Socialista de Pedro Sánchez ha logrado sus peores resultados de la historia y el PP, los peores desde 1989", recordó Iglesias, que concluyó su intervención entre gritos de "Sí se puede".