De madrugada, la sesión en la Cámara de Diputados terminó con un gran revuelo. El kirchnerismo, el Frente Renovador y la izquierda lanzaron graves acusaciones contra el oficialismo, después de que el interbloque de Cambiemos abandonó el recinto y dejó sin quórum el debate, justo antes de que se tratara la derogación del megadecreto, dictado en enero.
«Dije en la sesión que estábamos frente a un mamarracho parlamentario. Está claro que esto es un papelón absoluto. ¡Es imposible construir un trabajo ordinario con este tipo de cuestiones!», explotó el presidente del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi , pasadas las 2.30. «Presidente, usted fue cómplice», le gritó a Emilio Monzó , mientras el recinto iba quedando vacío.
Enseguida se sumó Graciela Camaño , jefa de la bancada massista. «Lo que ustedes hicieron es bochornoso, no tienen nada para envidiarle al kirchnerismo. Ya están iguales y peor, porque ellos tenían el número para los abusos que cometían», arremetió contra Monzó, desencajada.
La discusión se disparó por la decisión del oficialismo, convalidada por el interbloque Argentina Federal, de dejar para el final de la sesión el tratamiento del megadecreto. Pasada la medianoche, la Cámara de Diputados dio media sanción, aunque con algunos cambios, a los tres proyectos que replican el contenido del DNU de «desburocratización». Hubo 140 votos a favor y 86 en contra.
Hasta que no se promulguen las tres leyes el decreto 27/2018 sigue en vigor, incluso los puntos eliminados, como el artículo que habilitaba el embargo de las cuentas sueldo y los dos artículos que flexibilizaban el manejo de los fondos de la Anses.
El kirchnerismo, el massismo y la izquierda pretendían que a continuación, antes del cierre del debate, se votara la derogación del decreto, tal como estaba previsto en la agenda de la sesión. En ese momento, el oficialismo abandonó el recinto y encendió la furia opositora. «Son lo peor de la política. Se llevaron de las narices a muchos justicialistas que se olvidaron de Perón, de Evita y de la defensa de los intereses de los trabajadores y la justicia social», se sumó Cecilia Moreau (FR).
Para entonces, el oficialismo ya había dejado el recinto, con la satisfacción de haber aprobado los proyectos que necesita la Casa Rosada.