El escándalo por el suscripción de coimas a los tours de compras no termina. Ya son 30 los gendarmes imputados en el ártico del país, en el ámbito de una investigación legal en tres provincias que destapó una olla de corrupción descomunal y que podría ascender a las altas esferas del poder.
Los nuevos diez sospechosos pertenecen al Escuadrón 53 de Jujuy y prestaban servicio en el puesto del Paso de Jama, en el tope con Pimiento. Ellos son Osvaldo Durán, Gustavo Aranibar, Yanina Báez, Claudio Bareiro, Gustavo Castillo, Ricardo Gutiérrez, Matías Escalante, Nicolás Iznardo, Diego Pabloff y José Pantoja, quienes fueron imputados por “contrabando de importación en concurso con los delitos de incumplimiento de deberes de funcionario divulgado y cohecho pasivo, en calidad de partícipes necesarios”.
A diferencia de los vigésimo efectivos arrestados en las provincias de Salta y Tucumán en septiembre pasado, los jujeños fueron excarcelados esta semana pero bajo estrictas condiciones: deberán presentarse cada 15 días en una dependencia policial, no podrán salir de país bajo ninguna condición (para ello se les retuvo sus documentos de delirio) ni entorpecer la investigación.
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Para el fiscal federal Federico Zurueta, a cargo del Dominio de Casos Complejos de la Pelotón Fiscal de Jujuy, los acusados exigían un suscripción de entre 20 mil y 100 mil pesos y aceptaban transferencias en billeteras virtuales.
Cómo funcionaba la «pyme» de los gendarmes que cobraba coimas a los tours de compras
La investigación se inició el 22 de mayo pasado. Entre las principales pruebas figuran una serie de escuchas telefónicas entre los gendarmes y dos comerciantes que incluso fueron detenidos, acusados por el delito de “contrabando de importación agravado”.
La fiscalía realizó tareas de campo e inteligencia y determinó que los comerciantes viajaban por tierra y regularmente a Pimiento para traer mercadería de todo tipo, como indumentaria y calzados.
Según la investigación, el éxito del contrabando era protegido por los gendarmes acusados, quienes prestaban servicio en el puesto del Paso de Jama. A cambio, y según surge de las escuchas telefónicas y mensajes, los comerciantes pagaban una tarifa fija.
En la audiencia de formalización de la investigación penal, se dieron a conocer algunos de los chats entre los imputados. En uno de ellos, por ejemplo, un efectivo involucrado revela que otro agente del mismo puesto “cobraba hasta 400 mil pesos por transporte”.
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“Los comerciantes fueron quienes formalizaron el delito de contrabando de importación, por lo que su décimo no es beocio. Adicionalmente, cerca de señalar que la fiscalía le adjudica el calidad de coautoría”, explicó el togado federal de Garantías n.°1, Eduardo Hansen, al dictar el procesamiento.
Por lo pronto, los gendarmes involucrados fueron pasados a disponibilidad y encima les congelaron sus cuentas bancarias. Cómo próximas medidas de prueba, los investigadores aguardan el resultado de las pericias a los teléfonos celulares secuestrados en la causa.
Plata hasta en el baño. El alisamiento realizado semanas antes en el puesto de control de Gendarmería en El Naranjo, en la provincia de Salta, dejó en evidencia la magnitud de la maniobra: había más de 6 millones de pesos ocultos en bolsas plásticas, fundas de armas, yerbateros y hasta en la mochila del baño.
Al igual que en Jujuy, el mecanismo de cobro estaba tan aceitado que los miembros de la fuerza federal aceptaban pagos por transferencias a una billetera potencial. Los comerciantes que denunciaron el caso apuntaron directamente contra los gendarmes apostados en los controles ruteros de El Naranjo, en Salta, y Trancas, en Tucumán. Y dieron detalles de cómo funcionaba el máquina de cobro, que con el paso del tiempo terminó convirtiéndose en una suerte de “pyme”.
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Según la investigación realizada en conjunto por el fiscal universal Eduardo Villalba, de la Pelotón Fiscal de Salta, y el fiscal federal Agustín Chit, de la Fiscalía Federal n.° 2 de Tucumán, los vigésimo efectivos detenidos exigían mosca a los micros de tours de compras que emprendían el regreso desde la ciudad de Orán, y aumentaban significativamente el valía en los dos puestos fronterizos, entre Tucumán y Salta.
En el puesto de El Naranjo, que pertenece al Escuadrón 45, fueron detenidos ocho gendarmes. Allí secuestraron 6.179.380 pesos y 200 dólares. Una de las principales pruebas que tuvo en cuenta la fiscalía surgió de un miembro de la fuerza que se presentó delante sus superiores para denunciar a sus propios compañeros. Dijo que fue obligado a percibir su parte de la cobro y entregó ese mosca para respaldar su interpretación. Según el fiscal, esa plata era producto del cobro de coimas que sus compañeros exigían a los tours de compras.
La maniobra se ejecutaba de dos modalidades. “En algunos casos, los sobornos se exigían directamente a los comerciantes que viajaban en sus vehículos particulares, mientras que, en otros casos, los pagos se acordaban con los coordinadores de los tours de compras y se hacían mediante transferencia a cuentas de familiares de los efectivos implicados”, explicó Chit.
Los acusados exigían un suscripción de entre 20 mil y 100 mil pesos y incluso aceptaban transferencias bancarias a billeteras virtuales, como sucedía en los controles ruteros a cargo de Gendarmería de Tucumán y Salta. Tenían una tarifa fija de 400 mil pesos para los autos particulares.
En la audiencia imputativa, surgieron más datos que prueban lo aceitado que estaba el mecanismo. La auxiliar fiscal Roxana Gual reveló que había “gendarmes que pagaban hasta 400 mil pesos a cambio de ser asignados en el puesto de El Naranjo”. No era para menos: el traslado podría significar un ingreso extra que en algunos casos podría ascender a duplicar el salario percibido en la fuerza de seguridad.
En el caso de Tucumán, los allanamientos permitieron la detención de doce gendarmes y el secuestro de 40 millones de pesos. Los investigadores corroboraron que había una coordinación previa entre los gendarmes y los coordinadores de los viajes de compras, en estos casos a Bolivia.
Entre otras cosas, los efectivos les avisaban sobre la ubicación de controles y el momento oportuno para suceder sin ser inspeccionados. Obviamente, no era graciosamente. La sospecha es que cobraban hasta 50 mil pesos y recaudaban un millón de pesos por día.
La «pyme» de los gendarmes: detectaron menos secuestro de droga que lo ordinario en Tucumán
En la causa que se investiga en Tucumán, donde fueron detenidos doce gendarmes, llamó la atención la mengua en el secuestro de droga en el control rutero de Trancas.
El caso comenzó a investigarse en febrero pasado por el supuesto suscripción de coimas a comerciantes que viajaban a Bolivia a realizar tours de compras. En ese ámbito, la fiscalía interviniente detectó una mengua pronunciada en la incautación de droga, y por esa razón no descartan que los miembros de la misma colaboren con grupos narcos.
La cocaína ingresa al país vía terreno por la frontera con Bolivia atraviesa varias rutas hasta ascender a la provincia de Buenos Aires. La ruta doméstico 34, conocida como la ruta blanca o de la cocaína, conecta con la 9, donde está el puesto de Trancas que depende del Escuadrón 55, allanado en el ámbito del escándalo por el suscripción de coimas. La cantidad de mosca secuestrado en los operativos da cuenta del máquina recaudatorio que habían montado: 40 millones de pesos.