La familia denunció que la búsqueda de Raúl Enríquez, su hijo Pablo y Raúl Echevarría, quienes desaparecieron el 26 de julio a bordo del velero Maratonga, está trabada en trámites. "Dependemos de Cancillería", dijo Nélida Mihailov, esposa y madre de dos de tres navegantes perdidos, y advirtió: "Llevamos 89 días y ninguna noticia".
En declaraciones a la edición web del diario Río Negro, la mujer sostuvo que no piden al gobierno nacional que inicie una búsqueda sino que se formalice el pedido de alerta internacional.
Mihailov dijo que acudió a los medios para "abrir puertas" y no para "entorpecer la labor de Cancillería". La mujer reconoció que existe confusión sobre quién debe emitir el alerta de búsqueda porque la embarcación tiene bandera de Costa Rica, permanece amarrada habitualmente en Colombia y partió de un puerto de Estados Unidos.
La familia Enríquez reclamó también la intervención de la justicia federal para que solicite a Skype información sobre el alerta amarillo que se encendió el 7 de octubre en la cuenta de su hijo Pablo, dado que la empresa se negó a darles información sobre esa situación. "Mi hija habló con empleados de Skype que le dijeron que debieron acercarse a un lugar poblado con señal de Internet, pero la empresa nos dice que sólo pueden dar información al usuario, que es mi hijo y está perdido en el mar", dijo.
El barco matrícula LU6VCR zarpó el 13 de julio de Cartagena de Indias, en Colombia, y el itinerario preveía realizar el cruce del Atlántico partiendo de un puerto de Estados Unidos, tocando la costa de Portugal, con destino final en el puerto español de Cádiz. La esposa de Enríquez dijo que la embarcación hizo una escala forzada en Cuba para reparar una vela y otros desperfectos.
Allí demoraron un mes y el matrimonio que los acompañaba decidió volverse por problemas de tiempo y trabajo. "Estoy alarmada porque son personas muy duchas en la navegación y seguro pasa algo por lo cual no pueden comunicarse y han perdido la propulsión", dijo. Mihailov afirmó que los tres tripulantes "llevan tres años preparándose para este viaje, mi marido estudio astronomía para guiarse por las estrellas si fallaba el instrumental".
En la última comunicación telefónica los navegantes informaron que habían tocado puerto en Virginia, en la costa norte de los Estados Unidos, y que habían virado hacia el este en línea recta hacia las Azores.
