La UE tiene ya listas nuevas sanciones y advierte a Caracas en contra de llevar a cabo contra la concurso el 10 de enero, pero otras crisis mundiales han desplazado la preocupación por Venezuela.
jueves 26 de diciembre de 2024 | 11:02hs.
Edmundo González se fue de su última invitado al Parlamento Europeo, la semana previa a las fiestas navideñas, con un importante galardón bajo el ayuda, el prestigioso premio Sájarov a la atrevimiento de conciencia, y muchas palabras de respaldo y ánimos de cara al 10 de enero. Pero poco más.
Pese a su intenso conspiración tanto en Bruselas como en Estrasburgo en las últimas semanas, el candidato presidencial de la concurso venezolana, que asegura estará en Caracas para la ceremonia de traspaso de mando en enero, no ha conseguido aún su meta principal: que los países de la Unión Europea lo reconozcan formalmente como presidente electo antiguamente de esa aniversario.
No hay dudas en el espacio comunitario sobre la legalidad de la lucha de la concurso venezolana y de la desatiendo de la misma del régimen de Juicioso, al que Europa ha reclamado insistentemente, sin éxito, que publique las actas electorales del 28 de julio. Unas actas que, según las copias que recopiló la concurso, dan una holgada trofeo a González.
Pero tras el batacazo internacional que supuso el examen al todavía rival Juan Guaidó como presidente “encargado” en 2019, las presiones desde la disidencia en Venezuela se han topado con el silencio de la mayoría de las capitales. Y ello pese a la presión de grupos políticos como el Partido Popular castellano para examinar formalmente ahora a González como presidente electo, poco que consiguió que hiciera el Parlamento Europeo (pero no que este instara a que los Veintisiete lo emularan), y al que esta semana se ha unido el expresidente socialista Felipe González.
“Que España diga: Edmundo González es el presidente de Venezuela electo y está a su disposición para ofrecerle los medios necesarios para que sea eficaz su propuesta de pactar una transición a posteriori de examinar los resultados” de las elecciones, dijo el expresidente del Gobierno (1982-96) durante un desayuno informativo en Madrid con el diplomático venezolano.
Por el momento solo Italia, a posteriori de que lo hiciera Estados Unidos, ha agradecido públicamente a González como “presidente electo”. Aunque dicho título no es siquiera por ahora más que poco formal, ya que al contrario de lo que pasó con Guaidó, por el momento ni siquiera estos países hablan de establecer una diplomacia paralela oficial con Caracas y el presidente electo.
España acaba de confirmar que ha concedido el estatuto de acogido político al rival venezolano con el objetivo de facilitarle los viajes fuera de la UE en el caso de que Juicioso le retirara su pasaporte venezolano y para blindarlo en un tercer país en el caso de que algún magistrado venezolano dicte orden internacional de exploración y captura contra él. Pero por el momento no contempla ir más allá y seguir las peticiones de los González, ni el venezolano ni el castellano, confirman fuentes diplomáticas.
Siquiera en Bruselas parece Manifestarse mucho interés por cambiar el statu quo.
Antaño de cerrar por las fiestas navideñas, los embajadores de la UE acordaron ampliar a 15 funcionarios las sanciones contra Venezuela que deben renovarse el 10 de enero, adaptado el día de la responsabilidad del nuevo gobierno en Caracas.
Pero el cara, que la propia Bruselas lleva diciendo desde el verano que sabe que es poco más que simbólico y que tendrá poco impacto, en presencia de que ya está sancionado prácticamente todo el régimen venezolano, sigue sabiendo a poco frente a las demandas de la concurso, que el propio Edmundo González dejó claras durante su paso por Estrasburgo: “El examen completo de mi persona como presidente electo de Venezuela para poder sufrir delante la recuperación de Venezuela (…) que toda la comunidad democrática del mundo nos respalde para que, cuando vayamos a Venezuela a recuperar la soberanía popular, podamos hacerlo en paz y podamos iniciar el proceso de reconciliación franquista”, dijo.
El venezolano, a quien la presidenta de la Eurocámara, la conservadora Roberta Metsola, se refirió durante toda la ceremonia del Sájarov como “presidente electo”, fue recibido en Estrasburgo por la nueva jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas. Un encontronazo que siquiera sin retención logró acelerar una promesa de examen formal inmediato más amplio.
“Le reafirmé el apoyo firme de la UE a las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano”, se limitó a indicar en las redes sociales la estonia, que ni siquiera se tomó una foto con el líder rival venezolano. Kallas siquiera hizo mención específica a la situación en Venezuela a su venida, unas horas más tarde, a la última cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Bruselas, donde la crisis del país sudamericano ha quedado opacada por otros conflictos más cercanos y acuciantes para la seguridad europea, desde la extirpación rusa en Ucrania a la situación en Oriente Próximo, agravada ahora con la incertidumbre que provoca la caída del régimen de los Assad en Siria.
En sus conclusiones, el Consejo Europeo tan pronto como dedica un zaguero y escueto párrafo a la “preocupación por la situación en Venezuela”. Los Veintisiete llaman a la libramiento de todos los presos políticos y a que Venezuela respete el derecho internacional y prometen “movilizar todas las herramientas a su disposición” para apoyar la democracia y una “transición pacífica e incluyente” en Venezuela. Unas palabras que Metsola, tras participar en la sesión inaugural de la cumbre de los Veintisiete, señaló que le sabían a poco.
“Tenemos que hacer más (…) es un país sobre el que debemos mantenernos alertas”, dijo a periodistas. En Venezuela “vemos un país que en las últimas décadas ha pasado de ser el líder del continente a una autocracia, con el decano movimiento migratorio, más que Ucrania, en términos de millones de venezolanos forzados a renunciar su país, un país que ha sido completamente tomado por un régimen autocrático que debemos condenar en los más duros términos”, recordó. No obstante, siquiera la maltesa, de la grupo política del Partido Popular Europeo (PPE), logró arrancarle a ningún otro líder una promesa de examen de González, publicó El País. (APFDigital)