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Fabián Perroni, el nuevo jefe de la Bonaerense que quiere poblar las comisarías y sacar la policía de la calle

Fabián Perroni acaba de asumir como jefe de la Policía Bonaerense tras la salida de Pablo Bressi, quien fue desplazado por María Eugenia Vidal.

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Fabián Perroni, el nuevo jefe de la Bonaerense

“Con Matzkin tuvimos una relación malísima. No compartía de ninguna manera cómo se encaró la creación de los comandos de patrullas sacándole recursos a las comisarías”. Así termina de definir cómo será su gestión Fabián Perroni, quien acaba de asumir provisoriamente al frente de la Policía Bonaerense, tras la salida de Pablo Bressi, desplazado por María Eugenia Vidal.

Perroni, de 52 años, tiene un extenso currículum en la fuerza policial de la provincia de Buenos Aires y se supo diferenciar del comisario Hugo Matzkin, quien fue el jefe de la Policía durante el gobierno de Daniel Scioli, bajo la cartera de Alejandro Granados.

En 2014 cuando se implementó el Comando de Patrulla Comunitaria (CPC), una medida implementada por el Ministerio de Seguridad bonaerense para mitigar la creciente inseguridad a la espera de que se apruebe la creación de las policías comunales, Perroni se desempeñaba como jefe de la Jefatura Departamental de Lanús, distrito en el que se multiplicaban los delitos y las muertes en hechos de inseguridad.

“Nos dedicamos al delito chico, callejero, y se nos escapan los más grandes, además de dejar desprotegidas las comisarías”, repetía en ese momento Perroni antes de pedir su relevo y dejar su cargo en una Lanús encendida por la inseguridad.

Su gestión en la Departamental de lanús fue muy cuestionada por una serie de homicidios en Villa Diamante y Villa Jardín, que tuvieron una importante repercusión pública. En ese contexto, se dio la discusión con Matzkin que llevó a Perroni a dar un paso al costado.

Tras su renuncia obligada, ya en 2015, desembarcó como interventor de la flamante Departamental Luján-Rodríguez, surgida de la última reestructuración de la fuerza y hacia fines de ese año, fue nombrado por la actual administración provincial como segundo de Pablo Bressi en la fuerza.

Claramente, su postura sobre las patrullas sigue intacta y hay receso en la fuerza por los cambios que se avecinan con la nueva gestión de Perroni a la cabeza de la Policía. El nuevo jefe de la Bonaerense buscará desactivar la vieja política de Matzkin y volver a poblar las comisarías y suprimir las patrullas en las calles. «Me honra esta situación de poder quedar a cargo de la fuerza… Mientras me toque a mí, no tenga duda que voy a luchar como hice durante toda mi carrera contra el delito. No tengo ninguna situación que me ligue con algún delito y apremio», aseguró ante los medios tras asumir su nuevo cargo.

Su pasado más oscuro

Pero el punto más oscuro del currículum del nuevo jefe de la Bonaerense está un poco más atrás en su archivo personal. En 1992 fue acusado por el delito de apremios ilegales contra un detenido y quedó aprehendido en 1997, aunque luego la Justicia lo sobreseyó.

Hace 25 años Perroni trabajaba en la comisaría 9ª de La Plata. Era un oficial inspector más, al que le encomendaron investigar una banda de ladrones que asaltaba carnicerías. Tras una serie de allanamientos, los policías dieron con la casa de uno de los sospechosos de los robos, Ramón Silva. Pero al entrar al domicilio se encontraron con Julio César Medina, un amigo del buscado, quien fue llevado a la comisaría y torturado para que delatara a su compañero. Su abogado denunció apremios ilegales graves y los policías sostuvieron que Medina portaba armas.

El juez Ernesto Domenech, sin embargo, procesó a Perroni y a su compañero Walter Abrigo, principal imputado también en la causa por la desaparición del estudiante de periodismo Miguel Bru (23), ocurrida en 1993, después de haber sido víctima de violentos allanamientos en su casa por policías de la misma comisaría 9ª platense.

Perroni estuvo dos años en disponibilidad preventiva pero luego, con el sobreseimiento, al no ser identificado por los detenidos del caso en ninguna rueda de reconcimiento, fue reincorporado sin sanción disciplinaria.

«Yo participé en uno de los allanamientos, pero nunca cometí ese hecho y delito. Fui totalmente desvinculado en la rueda de reconocimiento. No participé en el allanamiento de la denuncia, y quedé desvinculado totalmente», aclaró días atrás Perroni.

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