Florencia Kirchner pidió quedarse otros 45 días en Cuba
Florencia Kirchner le pidió a la Justicia autorización para quedarse 45 más en Cuba y así continuar con el tratamiento médico que la tiene internada en ese país desde principio de mes.
El presidente de la causa, Daniel Obligado, le dio intervención al Cuerpo Médico Forense (CMF) para que analice la historia clínica e informe cuánto tiempo requiere de recuperación. Es decir, la Justicia quiere saber si Florencia puede viajar o no y cuánto tiempo le demandará su tratamiento en la isla.
La expresidenta Cristina Kirchner regresó a la Argentina, tras haber permanecido una semana en Cuba para acompañar a su hija Florencia durante un tratamiento por sus problemas de salud. Cristina, que aterrizó en Ezeiza a la madrugada, cerca de las 4, deberá volver a enfocarse en las múltiples causas judiciales que se le siguen.
Antes de emprender el regreso, la expresidenta hizo pública la historia clínica de su hija con la recomendación de los médicos cubanos de «no viajar», y subió una foto del centro de salud donde se encuentra en tratamiento.
Según el parte médico dado a conocer por Cristina Kirchner, los médicos están investigando a su hija Florencia por varios cuadros cuyas causas todavía no están claras. Florencia se encuentra bajo tratamiento ambulatorio el Centro de Investigaciones Médicas Quirúrgicas (Cimeq) de La Habana, Cuba.
Según el documento, Florencia Kirchner padece «un trastorno de estrés postraumático». «La paciente se encuentra realizándose un estudio integral que aún no ha culminado y tratamiento fisioterapéutico diario. Por todo lo anterior no se recomienda viajar», indicaron los doctores Roberto Castellanos Gutiérrez y Charles Hall Smith, que firman el parte.
Pero además, la hija de la exmandataria tiene otros diagnósticos, que también figuran en el documento publicado por su madre. El síndrome purpúrico o «púrpura»; polineuropatía desmielinizante; amenorrea, que es la ausencia de menstruación; linfedema y » trastorno por estrés postraumático», un conjunto de síntomas que aparecen después de un episodio conmocionante e interfieren con las relaciones o el trabajo.