El FMI advierte que la debilidad financiera mundial podría impactar en los mercados emergentes
Tras la Asamblea de primavera del Fondo Monetario Internacional, la directora del organismo, Christine Lagarde, advirtió que la economía global se encuentra en un “momento delicado” por las tensiones comerciales y el endurecimiento de las condiciones financieras. A pesar de todo no vaticina una recesión global en el corto plazo.
En un discurso que pronunció este martes en la Cámara de Comercio de Estados Unidos, la directora gerente del FMI hizo un repaso de la situación global antes del inicio del encuentro de los funcionarios, que comenzarán a llegar el miércoles de la semana próxima a esta capital. En su mensaje, Lagarde puso énfasis en los temas en los que se enfocarán las reuniones.
“Hace un año, dije, ‘reparemos el tejado ahora que brilla el sol’. Hace seis meses, señalé que se avecinaban tormentas. Hoy el tiempo está cada vez más “inestable”, advirtió Lagarde, que dijo que el crecimiento global, a pesar de que es “razonable” (3,5%, según los pronósticos para este año) viene perdiendo ímpetu.
La directora señaló que la economía mundial se encuentra en un “momento delicado” y explicó que “el crecimiento mundial ha estado desacelerándose, en gran medida debido al aumento de las tensiones comerciales y al endurecimiento de las condiciones financieras en el segundo semestre de 2018”.
Sin embargo, Lagarde resaltó como positivo o el efecto de la decisión de la FED de no subir las tasas. “Se prevé que la actividad económica mundial se beneficie del actual ritmo más paciente de normalización monetaria por parte de los principales bancos centrales —liderados por la Reserva Federal de Estados Unidos— y de un mayor estímulo, por ejemplo, en China. Estas respuestas de política han respaldado la distensión de las condiciones financieras y el aumento de los flujos de capital hacia los mercados emergentes, donde las monedas se han fortalecido frente al dólar de EE.UU.”
Pero, advirtió Lagarde, “corresponde recalcar que el repunte previsto del crecimiento mundial a finales de este año es precario. Es vulnerable a diversos riesgos a la baja, entre ellos, las incertidumbres relacionadas con los países, como el Brexit, y las incertidumbres más amplias, como los elevados niveles de deuda en algunos sectores y países, las tensiones en torno a la política comercial y la sensación de intranquilidad en los mercados financieros”.
Y citó, como ejemplo, una alternativa que podría impactar en países como la Argentina: “Si el endurecimiento de las condiciones financieras fuera más marcado de lo esperado, podría generar graves dificultades para muchos gobiernos y empresas en términos de refinanciamiento y servicio de la deuda, lo cual podría amplificar los movimientos del tipo de cambio y las correcciones en los mercados financieros”.
La directora advirtió que, ante este panorama, y para evitar errores, hay que tomar ciertas políticas “adecuadas”. En primer lugar, señaló que la política macroeconómica de los países “debería apuntar a afianzar el crecimiento y la estabilidad”. Y dijo que, en términos de política monetaria, “en los casos que sea necesario, es importante utilizar la flexibilidad cambiaria para ayudar a absorber los shocks”.
“Los elevados niveles de deuda pública y las bajas tasas de interés han dejado un margen limitado para actuar cuando se produzca la próxima desaceleración, que inevitablemente llegará”, agregó la funcionaria.
Otros los desafíos que planteó Lagarde es evitar una guerra comercial. “Las barreras comerciales perjudican claramente la inversión y el empleo. Esta conclusión es especialmente pertinente ahora, en un momento en que las tensiones comerciales podrían dañar aún más la inversión, y en un momento en que la inversión ya es débil. Por tanto, una vez más, nos encontramos en un momento delicado, y debemos ser cuidadosos. En particular, analizamos qué ocurriría si los aranceles a todos los bienes comerciados entre Estados Unidos y China aumentaran 25 puntos porcentuales. Esto, por sí solo, reduciría el PBI anual en un 0,6% en Estados Unidos y en un 1,5% en China. Estas son heridas que pueden autoinfligirse y deben evitarse”, reclamó.
Lagarde resaltó el espíritu de “cooperación” del organismo para ayudar a sanear la economía en ciertos países y mencionó a los programas recientes en Egipto, Túnez, Jordania, Ucrania y Argentina. A nuestro país el Fondo destinó un préstamo Stand by de 57.600 millones de dólares. Este viernes el directorio ejecutivo prevé aprobar el desembolso de otro tramo del crédito, de 10.800 millones.
Finalmente, Lagarde planteó los desafíos a escala mundial, entre los que se encuentran los factores demográficos, migración, ciberriesgos y la amenaza del cambio climático. También mencionó la corrupción: “El costo anual de los sobornos por sí solo asciende a más de US$ 1,5 billones, aproximadamente el 2% del PBI mundial”, reveló y advirtió: “La corrupción reduce el crecimiento. Aumenta la desigualdad. Alimenta la desconfianza”.