Desde que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos informó que el 32,2 por ciento de los argentinos es pobre, cientos de políticos, dirigentes y periodistas comenzaron a realizar conjeturas sobre la realidad que viven los argentinos más vulnerables. Sin embargo, el sociólogo y especialista en pobreza, desigualdad y educación, Diego Born aseguró que estos números son discutibles; “los datos son reales, pero lo que sucedió es más sofisticado. Se modificó la metodología para manipular la falta de percepción que hubo durante los años en que el Indec estuvo intervenido”, afirma y agrega que en realidad esta “sería del 22 por ciento”.
Y es que lo primero que surge en la mente de la sociedad es comparar estos números con los que vivimos durante el peor momento en la historia contemporánea argentina, la crisis pos menemista. “Los datos de 2002 y 2003 estaban basados en una metodología que se aplica en Argentina desde 1988, que es medir la pobreza por ingreso. Pero si usáramos la metodología que aplicaron hoy, en ese momento, nos habría dado que había más del 60% de pobres”, explicó Born durante una entrevista con el programa “La excepción a la regla”, por Radio del Plata.
Durante la conferencia de prensa en la que se brindaron los datos para “comenzar a hablar de pobreza”, Jorge Todesca, responsable del Indec, aclaró que no era momento de innovar, sino de “recuperar” lo perdido. Pero esto no fue tan cierto, “hubo una actualización metodológica, pero solo lo aclararon en la letra chica. Cambiaron los componentes que conforman la canasta, esta tiene un 30% más de valor que la tradicional”, afirma Born. Quien asegura que la cantidad de pobres estaría en torno al 22 por ciento luego de haber alcanzado un 18 por ciento a finales de 2015, “igual estas son solo estimaciones, porque es cierto que durante estos años el Indec fue muy cuestionado”.
Según el especialista, “antes fueron los políticos los que se metieron con las metodologías, pero ahora es la metodología la que se mete en la política. Usaron esto para que la sociedad especulara que durante estos años no hubo un cambio real”, sentenció. Y es casi evidente que, a pesar del cambio de gestión, los relatos no quedaron en el pasado, sino que se construyen diariamente.
Historia reciente: pobreza, pasado y futuro
A principios de 2007, el gobierno de Néstor Kirchner decidió intervenir el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. En ese entonces, la última medición de la línea de pobreza de 2006 alcanzaba a casi el 30 por ciento de la población.
Durante ambas presidencias de Cristina Fernández de Kirchner, los números que daba el INDEC ya no representaban un termómetro para la mayoría de la sociedad y eran cuestionados por propios y ajenos. Incluso, llegó a argumentarse que estas mediciones “estigmatizaban” a los más vulnerables y dejaron de realizarse.
Este año, el gobierno de Cambiemos, en concordancia con su política de “sinceramiento”, se propuso restaurar la imagen de esta institución y comenzó a brindar nuevas mediciones. Actualmente, para el Estado hay un 32,2 por ciento de pobres en la Argentina, aunque sin aclarar que utilizaron una canasta un 30 por ciento superior y otras modificaciones que se aplicaron.
