El sindicato de empleados de Comercio transita una fuerte interna que amenaza con la continuidad de Armando Cavalieri, su titular hace décadas.
Cavelieri se consolidó en el gremio durante el menemismo y hasta ahora nunca tuvo ninguna resistencias que plantee su liderazgo.
Sin embargo, hace un año que viene fortaleciéndose una facción que no obedece a su conducción. La encabeza el secretario de Organización, Ramón Muerza y Mario Amado, delegado de los trabajadores del hipermercado Carrefour ubicado en la calle Warnes, en el barrio porteño de La Paternal.
El conflicto interno comenzó a encrudecerse y hasta contó con un capítulo de violencia física luego del escándalo que se generó con la denuncia que recibió Carrefour, acusada de vender pañales que el sindicato otorga gratuitamente a sus afiliados.
El gremio debió sacar una solicitada en los diarios para despegarse del escándalo y apuntar contra Carrefour, que también salió a desligarse del asunto.
A través de un comunicado la empresa rechazó tener «responsabilidad sobre las supuestas maniobras» que denunció el gremio y advirtió que los envases de los productos de venta al público tienen «mismo código de barras» que los que se entregaron al gremio, indicó LPO.
Tras dicho escándalo, la crisis creció en el gremio, puesto la facción de Cavalieri y Carlos Pérez culpa a la de Muerza, ya que Amado es delegado en la sucursal de Carrefour de Warnes 2707 en la que se encontraron los supuestos pañales del sindicato. La pelea escaló a un nivel de ferocidad tal, que hubo trompadas en la sede del sindicato.
