Después de casi 30 años de gobiernos consecutivos del peronismo en Lanús y tras ocho años de mandato de Darío Díaz Pérez, el Frente para la Victoria resignó un distrito histórico en la elección del 25 de octubre pasado, cuando Néstor Grindetti le ganó a Julián Álvarez la carrera por la sucesión del sillón municipal. A pesar de eso, en aquella elección ocurrida hace menos de un mes, el hasta ayer candidato presidencial del FpV, Daniel Scioli, ganó la competencia por la Casa Rosada gracias a un inusual corte de boletas.
Ayer, en un mano a mano inédito en la historia política del país, el actual gobernador bonaerense confirmó esa tendencia y tomó una ventaja de casi 10 mil votos sobre su competidor, el ingeniero Mauricio Macri, que terminó ganando con tres puntos de diferencia a nivel nacional.
Con el 99,63 por ciento de los votos contados en el distrito lindero a la Ciudad de Buenos Aires, Daniel Scioli sumó 51,66 por ciento de los votos, lo que representa 154.863 electores, contra 48,34 por ciento, 144.916 que eligieron a Macri sobre un total asi 372.482 mil lanusenses que fueron a votar.
La primera explicación parece simple: el votante supo valorar la labor del FpV en un distrito en el cual relucen los baches de las calles y los basurales a cielo abierto, pero supo diferenciar eso respecto de a quién quería al frente del Poder Ejecutivo Nacional. “Una cosa es lo que hizo o no hizo Díaz Pérez acá y otra distinta es que yo quiera a Macri como presidente de nuestro país”, resumió ayer Ángel, un votante de Monte Chingolo.
Lanús se convirtió así en el distrito donde la diferencia fue más ajustada, teniendo en cuenta la masa de votos de Brown, Varela y hasta de Quilmes.
