«¡La seguridad de nuestro país va un paso delante de los delincuentes! Las hace, las paga«, había comentado en la red social X la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, cuando hace 3 semanas en un activo de Gendarmería detuvieron a Maximiliano Acosta (42), quien viajaba en un micro de larga distancia con, supuestamente, «2 kilos 444 gramos de cocaína», escondidos en 18 envases de talco.
A partir de ese momento comenzó un sufrimiento para él y su grupo. Rápidamente, el hombre fue y durante varias horas se desconoció su paradero. “Estuvimos dos días sin aprender dónde estaba Maxi, lo maltrataron. Hablaban de moretón al narcotráfico. No lo dejaban ir al baño, le robaron todas sus pertenencias, plata y su campera. Hablé con la fiscalía y me dijeron que lo iban a cuidar. Me mintieron. Luego lo liberaron en plena ruta 7 y tuvo que pedir ayuda a un piloto”, detallaron desde su entorno llano.
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Tras tres semanas de sufrimiento, el 23 de octubre fue libertino por intervención del árbitro Alberto Carelli, que constató que el talco era, efectivamente, talco, y lo sobreseyó en el acto. Según trascendió en distintos medios de comunicación, el sobreseimiento y fuga del hombre se basó en una segunda prueba de laboratorio a cargo de la Policía Federal, con la ayuda de la Fiscalía de Casos Sencillos, de la Mecanismo Fiscal de Mendoza. Tras dos semanas, en las que Acosta estuvo detenido con prisión preventiva, los resultados dieron película.
El miércoles 2 de octubre, un comunicado de Gendarmería informaba que, tras un control, «detectaron que un ciudadano transportaba internamente de sus pertenencias envases de talco para higiene personal», y especificaba: «En presencia de la presencia de testigos, y con intervención de personal de la Mecanismo de Criminalística y Estudios Forenses, dependiente de la Agrupación XI ‘Mendoza’, se sometieron las sustancias a las pruebas de orientación de campo que arrojaron como resultado un total de 2 kilos 444 gramos de cocaína«.
Anejo al texto, se publicaron fotos donde se veían 18 pomos de talco Rexona Efficient. Bromeando con el nombre de la marca de talco, la ministra de Seguridad tuiteó el 6 de octubre: «Mucho talco, poco eficient-e». Y aclaraba: «Un hombre intentó obviar un control en Mendoza, llevando más de 2 kg de cocaína ocultos en envases de talco internamente de un micro de larga distancia. Pero la Gendarmería lo descubrió rápidamente gracias a su nerviosismo y aspecto sospechosa».
La investigación, a cargo del árbitro Alberto Daniel Carelli, estableció que el marplatense, que había sido detenido tras una requisa realizada por el Escuadrón 64 de Gendarmería en un peaje a pocos kilómetros de la hacienda de Mendoza, fue detenido por error. El hombre había viajado a Mendoza en búsqueda de trabajo, como la reventa de mercadería, y por esa razón tenía en su equipaje 18 pomos de talco, según aclararon en su entorno llano.
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Desde Gendarmería justifican el error diciendo que el hombre poseía “las características de una mula” (transportista de drogas), y que el procedimiento fue “ rutinario”, “de manual”, “con los testigos correspondientes”. Por otra parte, desde el Empleo de Seguridad no se han pronunciado hasta el momento sobre lo sucedido.
Acosta fue libertino la confusión del 23 de octubre. Lo dejaron, sin sus pertenencias, en medio de la Ruta 7, por lo que tuvo que pedir ayuda a un piloto para resistir hasta la hacienda de Mendoza. Allí, aseguran que durmió en la calle y, al otro día, se apersonó en la fiscalía para recuperar sus documentos. No se descarta que él y su grupo inicien acciones legales contra las autoridades por el mal momento vivido. En este caso, “las pagó sin haberlas hecho”.
FM/LT
