Marcha por la seguridad en Lomas
Los fuertes hechos de seguridad que se siguen multiplicando en Lomas de Zamora, despertó la furia de los vecinos que se agruparon y marcharon este domingo por las calles lomenses en reclamo de seguridad y medidas de prevención.
Los habitantes del Municipio que gobierno Martín Insaurralde denunciaron los violentos hechos delictivos y las muertes diarias por la inseguridad. Con carteles, gritos y enojo, marcharon por las calles y apuntaron también contra la Policía.
La marcha que partió desde la casa de Josefa y Braulio, los jubilados que murieron cuando eran secuestrados por delincuentes que intentaban escapar de la Policía, tuvo momentos de tensión.
Pasadas las 21 llegó el jefe de la Departamental y algunos vecinos entraron a la comisaría para hablar con él. Reclamaron «que alguien dé la cara» y pidieron por la presencia de funcionarios. La movilización tuvo alrededor de una cuadra de largo.
«Vivo en el barrio, no los conocía, pero esta situación nos afecta a todos. Es lamentable que tenga que venir a esta marcha, llorando, porque mataron a una familia», dijo a Clarín Alicia Sosa, vecina de Lomas.
«Lo que quiero es más seguridad, que pongan la plata de nuestros impuestos donde hay que ponerla. No hay patrulleros, están destartalados los que tienen, llamás y no te dan bolilla. El año pasado me robaron en mi casa, me pusieron un arma en la cabeza para sacarme el auto, no podemos seguir así», agregó.
Josefa Eva Carrozzieri (67) y Braulio Herrera (70), vivían en Anatole France y Juncal, en Temperley. Desde allí los vecinos se movilizan hasta la comisaría de Villa Galicia. Es la octava de Lomas de Zamora, que está ubicada a pocas cuadras de allí, en Iriarte al 1400.
El reclamo es el mismo del jueves de la semana que pasó con otra víctima, Agustín Bustamante, un nene de apenas 3 años que fue asesinado de un tiro por un adolescente cuando iba con su papá a comprar pizza.
Y es el mismo partido, Lomas de Zamora, de donde era la cuarta víctima de una semana negra: Mirta Alegre, de 40 años, fue tirada de un colectivo en medio de un robo. Tenía a su pequeña hija de 3 años en brazos. Golpeó su cabeza contra el piso, quedó inconsciente y con muerte cerebral. Ayer se conoció que murió. Y con su muerte se agigantó el drama de una zona que no sale del estupor y la indignación por la inseguridad.