Por Fernando «Chino» Navarro*
A dos años de la muerte del fiscal Alberto Nisman lo único que debemos exigir es que se esclarezca el hecho de una vez por todas de una manera transparente y sin lugar a dudas ni interpretaciones.
Los que asumimos algún grado de responsabilidad institucional debemos tener muy en claro que ante estas situaciones no se puede tratar de obtener algún tipo de rédito político. Cualquier argentino de bien, sea oficialista u opositor, está en contra de la impunidad. Todos queremos saber la verdad y queremos un Poder Judicial independiente.
Es un caso complejo y delicado que ha afectado a la democracia y a las instituciones. Creo que tenemos que ser muy prudentes y responsables y esperar que la justicia se expida. Lo que sí, con todo respeto, pedirle al Poder Judicial que actúe rápidamente porque cuanto más se demore más incertidumbre generará en la sociedad, y eso no ayuda a las instituciones.
Mucho se ha hablado de la denuncia del fiscal en contra de Cristina Fernández de Kirchner, y ciertos sectores políticos la han utilizaron para poner un manto de duda sobre esta muerte. Estos sectores no buscan justicia en realidad, sólo buscan obtener algún tipo de rédito político ensuciando la figura de la ex presidenta sin ninguna prueba real.
Se trató de una mala pieza política y una inconsistente presentación judicial. No existieron buenos argumentos en la denuncia del fiscal Nisman. Los dos pilares principales de ese escrito son desmentidos por los hechos. Primero, el de la caída de las alertas rojas contra funcionarios iraníes, algo que desmintió Interpol. Luego el incremento del intercambio comercial con Irán, que desde 2010 se vino reduciendo.
Lo que se buscó es echar sombra sobre el gobierno de Cristina, que con aciertos y errores, junto con el gobierno de Néstor Kirchner, fueron los que más han hecho en los últimos 20 años para esclarecer el atentado de la AMIA.
Ahora, transcurridos dos años de aquella muerte, nos queda ser responsables y esperar que la justicia se expida. El Poder Judicial tiene que actuar con mucha premura para que termine de una vez por todas la incertidumbre que tiene el conjunto de la sociedad respecto de este fatídico hecho.
También la memoria de Alberto Nisman merece que sepamos la verdad. Cuando apareció la denuncia que el fiscal hizo, fue pública mi posición de que carecía de fundamentos jurídicos y que le sobraban motivos políticos. Pero esa es la visión parcial, subjetiva, de un hombre de la política que se expresa desde la fuerza que en aquel momento gobernaba la Argentina.
Porque más allá de lo que opinemos muchos de él y de su accionar, algunos más críticos, otros más a favor, tenemos que tener en claro que nuestras visiones no pueden impedir que se pueda saber qué pasó. No debemos especular ni que fue un suicidio o un homicidio, lo único que necesitamos es que se esclarezca de una vez por todas la verdad.
*Diputado provincial y referente del Movimiento Evita.