Nasser Al Khelaifi conoció gracias al tenis a quien es hoy el Emir de Qatar. Forjó una amistad que le significó una transformación total para su vida: es un empresario multimillonario del cual, el PSG, el club que acaba de comprar a Messi, es apenas el mascarón de Proa.
Al Khelaifi nació en Doha el 10 de septiembre de 1973. La vida de este qatarí estaba vinculada a la suerte que tuviera su padre en sus buceos procurando perlas en el mar. El dinero que aportó esa actividad le permitió llegar incluso al circuito profesional de tenis.
Un poco antes tuvo el golpe de suerte que cambiaría su vida: un día, a los 14 años, conoció a otro tenista, más joven que él, pero que llamaba la atención por la calidad de la ropa que vestía. Era Tamim ben Hamad Al Zani, de solo 14 años. Pero tenía algo más importante que su habilidad con una raqueta: era el príncipe heredero del emirato de Qatar.
Así nació una amistad duradera que los llevó por el mundo. Incluso representando a Qatar en la Copa Davis. El futuro de Al Khelaifi comenzó a asentarse sobre los petrodólares.
Su paso por el Tenis
Ocupando el puesto 995 en el ranking de la ATP, el tenis no parecía ser una fuente confiable para el ingreso de dinero. Pero gracias al «deporte de los reyes», Al Khelaifi logró conseguir el suyo propio.
El príncipe heredero decidió hacer inversiones con parte de la enorme fortuna de la familia real. Fue así que creó «Qatar Investment Authority» (QIA), un fondo de inversiones para diversificar sus actividades económicas. El príncipe heredero eligió entonces a su amigo Nasser Al Khelaifi para que lo dirija. Esa fue la llave que le abrió la puerta para ser megamillonario.
Con la creación de Qatar Sports Investments, desarrolló la rama deportiva de Al Jazeera para todo el mundo árabe. Integrada al BeIN Media Group, controla a 22 canales y medios deportivos en el mundo.
«Ganar un millón de dólares es difícil, pero multiplicarlo es inevitable«, es una máxima del mundo del dinero. Al Khelaifi es una prueba de ello. Como tenista profesional apenas ganó 16.000 dólares. Pero la revista Forbes calcula su fortuna actual en algo más: US$ 16.000 millones (aunque están íntimamente relacionados con la solvencia de la familia que ejerce el poder en Qatar).
Entre otras áreas de su influencia, está al frente de la Federación de Tenis, Squash y Bádminton de Qatar; dirige la Federación Asiática de Tenis (ATF) y, lo más importante para lo que viene el año próximo, integra el comité organizador del Mundial 2022.
PSG: nace el gigante francés del fútbol
En el año 2011, el grupo inversor de Qatar, con Nasser al mando, compra al club París Saint Germain, sin historia relevante en el fútbol galo. Era un débil conjunto fruto de la fusión, en 1970, del Paris Football Club y el Stade Saint German. Dos clubes de mediocre participación y varios descensos en su historia, incluso hasta la tercera división.
La fusión en 1970 lo transformó en el club más representativo de Paris, ya como el PSG. Pero varias crisis financieras lo llevaron al borde de la desaparición. Hasta que llegó Nasser Al Khelaïfi en 2011 y su fondo de inversión compró el 70% del paquete accionario. Allí comenzó otra época.
Triunfos, campeonatos, jugadores estrella e investigaciones
Al Khelaifi invirtió miles de millones de petrodólares. Armó una verdadera selección mundial para jugar la liga francesa y, por supuesto, llegaron los campeonatos en cadena. Pero el gran objetivo del qatarí es lograr que el club parisino gane la Champions League.
Así llegó el brasileño Neymar, que dejó el Barcelona (de Messi) y se unió a una constelación de jugadores con brillo propio como Kylian Mbappé, el delantero campeón mundial y figura en Rusia 2018.
Pero la máxima copa europea aún no llegó. Sí, en cambio, las investigaciones por el «fair play económico» del PSG. La legislación que pretende evitar que un club avasalle a sus rivales con compras originadas en dinero que excede largamente su propia capacidad. Básicamente, lo que le pasó al Barsa en España para, «oficialmente», no poder retener a Messi.
La liga francesa y la UEFA investigaron varios años estas inversiones para lograr este superplantel.
Pero hasta ahora, ha salido indemne de las pesquisas.
Ici c’est Paris
Paris Saint Germain juega en el estadio del «Parque de los Príncipes» con capacidad para 46.200 espectadores. Representa medio Camp Nou del Barsa.
Pagarle el salario de dos años al mejor jugador del mundo no representará nada en la billetera de Nasser Al Khelaïfi. Solo la venta de camisetas pagará la totalidad del contrato.
Que Messi siga jugando al fútbol es una bendición para los hinchas. Pero también un excelente negocio para Al Khelaïfi. Los US$ 16.000 millones del megamillonario seguirán multiplicándose. Como ya se dijo, es inevitable.