El sector financiero está entusiasmado. El rally alcista de los bonos de argentina desde que asumió el gobierno reportaron ganancias en dólares superiores al 300% y entre los operadores del mercado que esta semana se reunieron en el combate del Iaef, sobrevolaba el conmemoración de una fiesta financiera similar, que no terminó acertadamente: El 2017 de Macri.
Por eso, el debate del momento es encontrar las diferencias entre aquella experiencia y este examen anarquista. Lo más concreto es el circunstancia que dió a conocer el Indec este martes. El IPC del 2,7% en octubre acerca la convergencia de las tres variables ordenadoras de la econonomía: dólar, tasa de interés e inflación.
El gobierno agita a viva voz que la importante desaceleración del aumento de precios es producto de la firmeza presidencial en avanzar en un profundo retazo del consumición notorio. Sin requisa, los hombres de negocios, afirman que la verdadera áncora antininflacionaria es el freno de mano al dólar. Bajo esta recitación, el talón de Aquiles dejan de ser las cuentas públicas. Los inversores ponen el foco en la acumulación de reservas.
La discusión es interesante porque linkea el proscenio flagrante con el gobierno de Macri que chocó la calesita cuando se acabaron los dólares para financiar el festival financiero.
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Esta perspectiva comparada fue un planteo recurrente de los ejecutivos de finanzas cotejan este momento de bonanza con el clima imperante entre el 2016 y mediados del 2018.
Lo dejo claro Javier Scelato, senior manager del fondo Fima. «Para mirar un proscenio similar al flagrante, mas normalizado, ciclo 2016 a 2018, de cada USD 4 dólares que se invertían en el sector financiero, USD 3 se colocaban en T+1 (título notorio de corta duración) y solo USD 1 se volcaba al money market (vencimiento a un día), hoy la relación es a la inversa». Con esto, el representante de este fondo de inversión observa cierta desconfianza en el mercado comparado con el optimismo al inicio del macrismo.
En el mismo sentido se expresó Emilio Botto, jerarca de Táctica Mills Haber: «El 20% de los depósitos en dólares se volcó a préstamos. Ese ratio alcanzó el 60% durante el gobierno de Macri».
Esteban Villar de Dhalmore Haber puso el foco en la deuda corporativa. «Estamos sorprendidos con la emanación de obligaciones que superaron los 6.2 billones de dólares de emisiones, cuando el récord fue de 5.7 billones en 2017, en gran parte por el blanqueamiento. Hoy YPF, TGS y Telecom lograron recomprar su deuda, extender duración, a tasas muy competitivas de 400 puntos básicos, similares a las que había en 2017».
Mientras que Alexia Rosenthal, directora del Mercado Destapado Electrónico (MAE), apuntó a la relación del gobierno previo con el sector financiero. «Yo me acuerdo que todos los jueves se reunía el Costado Central para poner una nueva restricción en el mercado de cambios, y la industria financiera es tan creativo que el viernes ya sabía como sortearla. Así es que el Costado corría de antes. Hoy esto es al revés».