El armado de Peronismo Republicano apunta a capturar la mayor cantidad de independientes y peronistas desencantados, tanto con el gobierno de Alberto Fernández y también por cierta resistencia a la jefatura de Máximo Kirchner en la nave insigne del PJ bonaerense, en el razonamiento de que una buena pesca en ese nicho que esmerile al oficialismo es la única alternativa de pelearle en igualdad de condiciones una elección en la provincia de Buenos Aires.
Con la herencia del armado que en su momento dejó Joaquín de La Torre como ministro político del gobierno de María Eugenia Vidal, auspicia la construcción de un espacio junto a la senadora provincial Claudia Rucci y Miguel Angel Pichetto (que desempolvó el sello Peronismo Republicano que creó para acompañar a Macri en 2019), que tiene la pretenciosa aspiración de conducir la estrategia en la coalición oposita.
Intentan recrear lo que hizo Francisco De Narvaéz en 2009 cuando conjuntamente con el macrismo prohijó una alianza repleta de peronistas desencantados con el kirchnerismo después de la crisis con el campo.
Fuentes cercanas a De La Torre y la hija del ex jefe preferido de Perón en la CGT, José Ignacio Rucci, tienen la teoría de que al peronismo se lo combate con antídoto peronista, por lo cual demandan la conducción de la alianza, por lo menos en el conurbano:
“Deben entender el resto de los dirigentes de Juntos por el Cambio que el Gran Buenos Aires no es para nada gorila, allí no funca el discurso de la lucha contra la corrupción, en esos lugares son peronistas y sólo votan vertientes del peronismo, es indispensable que lo entiendan el radicalismo, el Pro y la CC”, expresó en forma rotunda un dirigente afín al conglomerado republicano.
También explican que pueden aportar candidatos peronistas con buena imagen ante la clase media: De hecho no han faltado largas conversaciones de De La Torre con Florencio Randazzo y Emilio Monzó, que también estaría en conversaciones con algunos intendentes vecinalistas sueltos del interior bonaerense.
Estos ímpetus generan ciertas resistencias dentro del esquema opositor, debido a que hay importantes organizaciones que no querrán resignar poder dentro de la coalición, justamente se encuentra en funcionamiento hace meses la agrupación interna Unidos que persigue el mismo objetivo que el peronismo republicano, pero más focalizado en el interior de la provincia buscando independientes y radicales de base lejanos a la estructura partidaria, es encabezada por el presidente del bloque de senadores cambiemista Roberto Costa y por el senador Lucas Fiorini, otrora referente de De La Torre.
Del mismo modo, se encuentra en proceso de construcción un importante espacio conformado por el alcalde Lanús Néstor Grindetti y el platense Julio Garro que llevan de la mano al vicejefe de gobierno, Diego Santilli, quién ya desembarcó en la provincia con la intención de comenzar hacer pié y avanzar en el armado de la candidatura presidencial de Horacio Rodríguez Larreta.
Santilli también se anota en la línea de largada para encabezar este año la boleta en la provincia, y se sospecha que con la complacencia y bendición de la ex gobernadora María Eugenia Vidal, que por ahora solo aparece en forma esporádica y evita definiciones.
El radicalismo se encuentra enfrascado en su interna, que de hecho apunta a ser clave para el futuro de Juntos por el Cambio, debido a que si gana el oficialismo se mostrará cómo hasta ahora: Más permeable a las decisiones del PRO, pero si se da un batacazo y triunfa el possismo será difícil la continuidad de un radicalismo dócil y cómodo en un rol secundario.
El diputado Diego Rovella que apoya fuerte la candidatura de Maxi Abad al sillón del partido centenario, destaca ante PDS que el radicalismo seguirá tendiendo “protagonismo indiscutible” en Juntos por el Cambio y que tiene la razonable aspiración de que emerja de esa fuerza el candidato a gobernador en 2023 o al menos presentar alguien competitivo para la interna.
Sin embargo, y con respecto al inminente lanzamiento del peronismo republicano aseguró que “cuando más espacios estén activos mayor democratización tendrá el espacio y sobre todo un importante músculo político”.
Se verá más adelante como se materializan y amalgaman tantas aspiraciones, ya que desde la Coalición Cívica también emerge encumbrada, Elisa Carrió, que también amparándose en un gesto patriótico para salvar a la alianza opositora, quiere luchar por el trono mayor en 2023 en la provincia de Buenos Aires: “Nosotros seguimos considerando que Lilita es la mejor candidata, ahora en el 2021 a diputada, y a gobernadora en las elecciones de 2023” le reiteró a PDS el titular de la CC provincial, Andrés De Leo.
Y fue por más al subrayar: “La candidatura Lilita es una decisión tomada a conciencia en un momento clave en la provincia, fortalece y potencia a Juntos por el Cambio y la única dirigente que la emparenta en prestigio para encabezar la boleta es María Eugenia Vidal”, sentenció.
A esto también hay que sumarle un hipotético arribo de Margarita Stolbizer, que genera recelo tanto en el radicalismo como en el ámbito de la CC.
“Margarita aporta mucha rosca interna y pocos votos”, sostienen al unísono desde ambos campamentos.
Hay un refrán popular que quizás sintetice al pie de la letra la realidad en que se encuentra sumergida la oposición: Hay muchos caciques y pocos indios, figuras relevantes con fuertes aspiraciones, difíciles de congeniar.
El 2021 será testigo de si el armado opositor logró poner en caja las apetencias de sus dirigentes, y estructurar un espacio que vuelva a plantearse ante la sociedad como opción de poder dentro de dos años