La privatización del ex Zoo de la Ciudad a punto de convertirse en ley
En medio de una protesta de distintas organizaciones animalistas en la puerta de la Legislatura, este jueves los diputados porteños podrían darle la aprobación definitiva al proyecto para privatizar 21 espacios dentro de ex zoológico de la Ciudad Eduardo Ladislao Holmberg.
Entre ellos la fosa de los leones, el templo hindú de los elefantes y el recinto de las jirafas. El dinero de las concesiones deberá ser destinado «en forma exclusiva e irrevocable» a la transformación del predio en un Ecoparque interactivo.
Privatización del ex Zoo de la Ciudad
La iniciativa, que fue presentada por el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, tiene despacho conjunto de mayoría emitido por el oficialismo en las Comisiones de Protección y Uso del Espacio Público y de Presupuesto, Hacienda, Administración Financiera y Política Tributaria.
También hay un despacho de minoría, impulsado por Unidad Ciudadana, que busca el archivo del proyecto.
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La bancada kirchnerista argumentó en minoría que la aprobación de la ley «implicaría una autorización para la concesión del patrimonio de la Ciudad por un plazo máximo de treinta años, lapso que resulta excesivo en relación con las escasas previsiones contenidas en la Ley N° 5752/16, marco normativo para el Jardín Zoológico y que resulta asimismo improcedente por la falta de una evaluación económica sobre el costo / beneficio que las concesiones generarán al fisco de la Ciudad».
El ex Zoo
En el ex zoo viven 865 animales. El predio cuenta con una superficie total de casi 17 manzanas o hectáreas -es decir 167,5 mil metros cuadrados- delimitada por las avenidas Las Heras, Santa Fe, Sarmiento, del Libertador y República de la India.
Y el Gobierno porteño busca concesionar el equivalente a casi 4 manzanas o 33.050 m2 de espacios que quedarán ociosos más algunos nuevos.
Fases de concesión del ex ZOO
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Fase I
En una primera fase, que se prolongará tres años, pondrán en marcha la concesión de 6 espacios. Por 20 años, le darán a privados la explotación de la condorera (2.100 m2). Por 15 años, la Confitería El Águila (1.100 m2); el pabellón de los loros (750 m2); el pabellón de las fieras (2.700 m2) y el acuario (3.500 m2). Y por hasta 10 años, la Casita Bagley (400).
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Fase II
En la segunda etapa, a partir de 2020, prevén concesionar otros 6 espacios. Por 20 años, el templo hindú de los elefantes (2.800 m2) y el de los cebúes (2.700 m2). Por 10 años, el pabellón ruso (1.200 m2); la casa de las jirafas (500 m2); el chalet de los ciervos y bisontes (400 m2), y el chalet de los rinocerontes (500 m2).
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Fase III
Para una tercera etapa, a partir de 2022, quedará la concesión de 6 espacios más. Se trata del antiguo monario azul (900 m2) y el pabellón de los camellos (500 m2), por 15 años. La casa de los ciervos y tapires (400 m2); la choza ex congoleña (400 m2); las instalaciones de la administración (2.500 m2), y el Museo de Arte Infantil o ex Casa de Pumas y Víboras (1.200 m2), por 10 años.
El rechazo
En la audiencia pública que se hizo después de la aprobación en primera lectura del proyecto, participaron 80 oradores.
Uno de ellos fue el Defensor Adjunto de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, Gabriel Fuks, que expresó: “Las concesiones de los distintos espacios del actual Ecoparque y su fragmentación afectan el valor patrimonial que tiene como conjunto y que protege el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nro 437/97, que declara al Jardín Zoológico como Monumento Histórico Nacional en todo su conjunto edilicio paisajístico-ambiental y artístico-ornamental”
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«El Gobierno de la Ciudad está iniciando negocios inmobiliarios en el predio del zoo donde aún viven mil animales», protestó Malala Fontán, de Sin Zoo.
Además, desde la ONG aseguran que la muerte de dos animales en un lapso de diez días se debió al estrés que sufrieron por las obras de remodelación que ya están en marcha en el predio.
La jirafa Shaki, nacida en el ex Zoo hace 18 años, murió el martes 24 de julio por una peritonitis. Diez días antes, una infección generalizada le hizo correr la misma suerte a Ruth, la rinoceronte blanca de 24 años que era vecina de las tres jirafas.
