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Trump elige a Ronald Johnson, un veterano de la CIA y ex boina verde, como embajador de Estados Unidos en México

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El republicano desafío por un duro, que fue diplomático en El Salvador, como representante del viraje de Washington en torno a políticas de mano dura contra la crisis migratoria y el tráfico de fentanilo.

miércoles 11 de diciembre de 2024 | 13:28hs.

El próximo presidente de Estados Unidos ya eligió a su embajador en México. Donald Trump anunció este martes al excoronel Ronald Johnson como su propuesta para la Embajada en Ciudad de México. El republicano se decantó por un duro, con más de una período de experiencia en las Fuerzas Armadas y 20 primaveras en la Agencia Central de Inteligencia (CIA), para poner cara al molinete de su Oficina en torno a políticas de mano dura frente a la crisis migratoria y el combate al tráfico de fentanilo. Johnson fue representante de Washington en El Salvador durante el primer mandato del magnate, con la encomienda explícita de estrechar el impacto de la delincuencia organizada y los flujos migratorios.

“Juntos, vamos a poner fin a los crímenes de los migrantes, detener los flujos ilegales de fentanilo y otras drogas peligrosas a nuestro país, y hacer a Estados Unidos seguro otra vez”, señaló el presidente electo en una publicación en Truth Social, su red social. Trump afirmó que Johnson trabajará próximo a Situación Rubio, su próximo secretario de Estado, para impulsar políticas que defiendan los intereses nacionales de Estados Unidos en México. El elección aún tiene que ser ratificado por el Senado estadounidense, controlado por una mayoría del Partido Republicano.

El exmilitar llega como sustituto de Ken Salazar, célebre por la Oficina demócrata de Joe Biden, que concluye su mandato en enero próximo. “Con este embajador o con otros vamos a defender nuestra soberanía, nuestra condición de igualdad y vamos a colaborar y a cooperar en todo lo que se requiera, pero siempre en interés del pueblo de México y de la nación”, declaró este miércoles la presidenta, Claudia Sheinbaum, tras el anuncio.

Titulado de la Universidad Estatal de Nueva York y preceptor por la Universidad Franquista de Inteligencia, Johnson ha vivido seis primaveras en Latinoamérica y deje castellano, de acuerdo con su perfil oficial. Tiene una trayectoria de más de cuatro décadas en el servicio conocido estadounidense y diestro en Seguridad. Estuvo de 1984 a 1998 en el Ejército de Estados Unidos. Trump destacó su amplia experiencia como “chapela verde” y su paso por la CIA, donde estuvo involucrado en tareas de inteligencia para combatir el narcotráfico y el terrorismo, incluso con misiones en Irak y Afganistán. Igualmente fue asesor sénior del Comando Sur, una institución esencia del Pentágono para coordinar la política marcial de Washington para América Latina, con excepción de México.

La nominación de Johnson se produjo de forma sorpresiva. En la baraja de posibles representantes diplomáticos estaban además Kari Lake, una política ultraconservadora de Arizona, y Christopher Landau, que ya había sido embajador en México durante la primera presidencia de Trump. Landau fue célebre el fin de semana como subsecretario de Estado, sólo por debajo de Rubio. Trump completa así un equipo de funcionarios dedicados a insensibilizar la política migratoria y las acciones de Estados Unidos en la conflicto contra las drogas. El republicano además nombró a Tom Homan como “zar de la frontera” y a la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, como secretaria de Seguridad Franquista.

La inclusión de Rubio y Landau en la próxima Oficina divide opiniones en los dos lados de la frontera. En contraste con el desconfianza en México, en Washington hay voces que anticipan un interés sin precedentes en torno a la región. “Se abre una etapa monumental para las relaciones con América Latina”, opinaba antiguamente del anuncio de Johnson, en una mesa redonda organizada por el Wilson Center, Bonnie Glick, de la Fundación para la Defensa de las Democracias y antigua número dos de la agencia para la cooperación para el avance estadounidense (USAID). “Por primera vez vamos a tener un secretario de Estado y un subsecretario expertos en América Latina, los dos hablan castellano de modo fluida y están profundamente interesados por las relaciones de Estados Unidos en la región”.

Anticipado durante semanas, el elección de Johnson es esencia para México. Trump amenazó con deportaciones masivas y el candado de la frontera, si el Gobierno de Sheinbaum no da muestras de contener los flujos migratorios y el tráfico de drogas. El republicano además anunció que planea designar a los carteles del narcotráfico como grupos terroristas, lo que puede cascar la puerta a intervenciones militares de Estados Unidos en distrito mexicano, de acuerdo con las leyes de ese país. Todas son áreas en las que el ex chapela verde tiene experiencia.

El funcionario, sin requisa, no tiene credenciales en temas de comercio, otro de los pilares de la relación sinalagmático. La renegociación del tratado de soberano comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), prevista formalmente hasta 2026, será uno de los asuntos que marcarán el pulso diplomático. El próximo presidente estadounidense parece mandar la señal de que delegará las negociaciones principalmente en Jamieson Greer, su propuesta para ser el próximo representante comercial de Estados Unidos. Greer fue cabecilla de oficina de Bob Lighthizer, negociador en cabecilla de Estados Unidos para el TMEC, y será una figura crucial para otro frente libre por Trump: la amenaza de imponer aranceles del 25% a las exportaciones mexicanas, si el Gobierno de Sheinbaum no cede en cuanto a la crisis migratoria y el narcotráfico.

Es probable que, regalado el interés y la experiencia de Rubio en Latinoamérica, Trump deje a su cargo el cuerpo de las relaciones con el continente. La gran excepción será México, el país que más interesa en la región al presidente estadounidense entrante. En opinión del analista Phil Gunson, de Crisis Group, “a Trump le preocupa México, porque México es la límite de batalla en la cuestión migratoria, y porque México es tan importante en lo que respecta a la señal conflicto contra las drogas, y otros asuntos, incluida la heredad”, publicó El País. (APFDigital)

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